El Jefe de Gobierno porteño terminó el 2010 machando conflictos con las tomas en el Parque Indoamericano. En enero inauguró las playas porteñas y apuesta a su juego favorito por estos días: confundir acerca de la convocatoria a elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.
El entorno de Mauricio Macri afirma que el Jefe de Gobierno porteño se fijó un plazo máximo de 45 días para definir su futuro electoral. El ex presidente de Boca medita severamente las fechas para convocar a través de un decreto a las elecciones porteñas. Hay incertidumbres sobre la posibilidad de unirlas al sufragio de comunas, respetando la reforma electoral, o realizarlas el mismo día que las presidenciables. Todo depende del lugar al que aspire.
Si Macri decide ir por la presidencia, probablemente enviará un proyecto de ley a la Legislatura para unificar los comicios porteños con los nacionales. Allí, su sucesor no saldría de Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti. Lo único que está definido es que el candidato lo elegirá el mismo Jefe de Gobierno, sin internas partidarias.
Puertas adentro hay optimismo porque Macri mide más que Duhalde y que los radicales, pero el fantasma de que Cristina Fernández pueda ganar en primera vuelta no le permite tomar riesgos en las decisiones. Si eso se produce, al PRO también se le haría muy difícil mantener el poder en la Ciudad. Entre tanto, el ex presidente de Boca no da pistas y cada día declara de manera diferente en cuanto a la convocatoria para elecciones.
Atrás hay otra estrategia: esperar que la presidenta baje un poco el alto pico que alcanzó en las últimas encuestas. De eso depende la decisión final.
Macri está dolido por el procesamiento y con cierta bronca por la dura batalla política que le planteó el kirchnerismo en la Ciudad. Sino no dudaría en quedarse en el sillón de la jefatura de gobierno. El anuncio llegaría entre marzo y abril.
Como sea, la aventura de Macri en política gozaría de, al menos, dos elecciones ejecutivas más. En diálogo con el Diario Clarín, expresó que le “quedan ocho años desde 2011 para irme de la política”.
Asesorados por el ecuatoriano Jaime Durán Barba, en el macrismo apuestan a la idea del “león bueno”, fuerte pero distinto a los habituales líderes políticos, entre los que señalan a Néstor Kirchner.
Los conflictos en el Indoamericano a fin de año le sirvieron a Macri para erigirse como el máximo adversario del kirchnerismo con un discurso bien diferenciado. Sin embargo, es un arma de doble filo, ya que también se puso bajo la lupa el accionar de su gestión.