
Horacio Ávila, coordinador de Proyecto 7, la organización que trabaja con las personas sin hogar, habló con La mañana de Urbana sobre este logro histórico para la región de cara al Censo Nacional 2022.
Proyecto 7 es una Asociación Civil nacida en tiempos donde la crisis del 2001 estaba en boca de todos y por la cual se sufrieron muchas consecuencias económicas, sociales y políticas en la Argentina. Por eso, luego de atravesar uno de los momentos más difíciles de la historia contemporánea del país, en el 2003, se conformó por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires esta organización integrada por personas en situación de calle para generar un espacio donde se pueda brindar apoyo a las personas sin hogar.
El coordinador de esta ONG es Horacio Ávila, quien en los últimos días encabezó, junto a los demás miembros de este grupo de integración, una marcha hacia el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que repercutió en todos los medios. En diálogo con La mañana de Urbana, el referente contó que, gracias a un acuerdo con el organismo, dirigido por Marco Lavagna, se logró que se incluya en el Censo Nacional 2022 -que será el 18 de mayo-, a las personas en situación de calle, un hecho histórico en la región «gracias a la lucha, a la representatividad y los años que venimos dando la pelea», resaltó Ávila.
«Fuimos a exigir ser incluidos en el Censo Nacional. Jamás en los censos se tuvo como prioridad a las personas en situación de calle, de hecho, con el nombre ya nos dejan afuera porque «Hogares y Viviendas» es precisamente lo que no tenemos. Nos sentimos invisibilizados en un censo que tiene que mostrar todas las situaciones sociales en el país y sobre todo a personas en situación de calle. Los barrios de emergencia y las villas tienen el Renabap, pero la gente que no tiene hogar también son parte del Estado», expuso Ávila.
«La idea era movilizarnos, acampar y si no recibíamos ninguna respuesta. Nos recibió Marcos Lavagna (director del INDEC) con el funcionario que está a cargo del censo. Pudimos hacer nuestros planteos y más allá de que las planillas están impresas, aún así logramos nuestros objetivos. Que se cense el 16 y 17 a las personas en situación de calle real; y que del 9 al 16 se van a censar todos lo dispositivos con personas en situación de calle o en riesgo de esa situación; que en cada provincia haya lugares donde está personas puedan presentarse para ser censados de manera espontánea. Y para agosto, una mesa para nosotres para programar un censo más concreto sobre la situación de estas personas en todo el país».
Por otro lado, el coordinador de Proyecto 7 habló sobre el contexto actual de los más vulnerables de la sociedad: «La situación de pobres no para de empeorar, y las personas en situación de calle no están exentas. Los índices económicos viene desde hace varias décadas, incluso de la dictadura. Hubo un explosión en el 2001 pero con el gobierno anterior, la pandemia y este gobierno tan tibio por falta de políticas para la gente más vulnerable hizo que esto crezca. Hay mucha mujeres con criaturas, abuelos, esto se va modificado pero para mal».
En mayo de 2021, la Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda y Finanzas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), realizó un relevamiento censal de personas en situación de calle comprende dos subpoblaciones: a) las que se encuentran atendidas en Centros de Inclusión Social (CIS) y b) las que se encuentran en la calle. El relevamiento es de tipo censal dado que releva a la totalidad de la población en situación de calle en una ventana de tiempo determinada. En mayo del año pasado, se relevaron 2.573 personas, 1.605 en CIS (Centros de Integración Social) y 968 en la calle.
Tanto la población en CIS como en la calle es predominantemente masculina, comprendida entre las edades de 19 a 59 años y nativa de la Ciudad o de la Provincia de Buenos Aires. La población en la calle se distribuye de manera heterogénea en la Ciudad, el 62,6% de la población se concentra en las Comunas 1, 2, 3, 4 y 13.
Sin embargo, unos datos relevados en el 2° censo popular, que contó con el trabajo de más de 50 organizaciones sociales, marcó en 2019 un número mucho más importante de gente sin techo en la Ciudad de Buenos Aires: registraron 7.251 personas en esta condición. Del total, 5.412 personas viven a la intemperie y el resto, en paradores y los distintos refugios distribuidos en las comunas.
«Casi todos los que componemos proyecto 7 estuvimos en situación de calle. Yo estuve siete años. La mayoría de mis compañeres conocemos bien todo esto. Uno no sabe si al día siguiente se va a despertar no solo por la inseguridad, sino por mucha gente que tiene patologías y enfermedades crónicas. Hemos visto muchas muertes en la calle. No creemos en la asistencia ni de organizaciones ni del Estado, trabajamos con la integración».
Asimismo, Ávila explicó en radio UrbanaBA sobre la metodología del grupo y sobre las funcionarios de la Ciudad que explican por qué hay personas que no quieren ir a los sitios nocturnos de asistencia para gente sin hogar: «Trabajamos con la emergencia. Si alguien necesita zapatos, le damos. Si necesita pan, también. Nosotros nos encargamos para que las personas puedas desarrollarse en la vida. Y para eso hay que trabajar en un montón de aspectos para llegar al objetivo. La gente no es que quiere estar en la calle. Muchos funcionarios utilizan para no reconocer lo que no puede resolver. Si yo invito a alguien a mi casa, tengo que ver por qué no quiere venir a mi casa. Deberían preguntarse por qué la gente en situación de calle no quieren ir. Este país va a cambiar cuando las instituciones laburen para la gente y no para las instituciones».
Por último, el referente explicó por qué la gente en situación de calle no asiste a los refugios de Capital Federal: «No quieren ir porque está lleno de policías y seguridad, no pueden ingresar con sus carros, con sus mascotas, que son parte de su familia. Y así un montón de cosas. te dicen cómo tenés que comer, si te tenés que bañar, cómo te tenés que sentar y con reglas que son casi carcelarias. No somos criminales. Si en algún momento alguno de nosotros cometió algo que no estuvo bien, ya lo pagó donde lo tenía que pagar. cuando cambien la lógica de intervención y la mirada de cómo se trata a un ser humano, las personas tendrán mejor predisposición para ir a esos lugares».
Foto: Paula Acunzo