
El ex presidente interrumpió su viaje en Europa para asistir al acto del Pacto de Mayo en Tucumán, solo para encontrarse con una serie de humillaciones que dejaron en evidencia su relegada posición política. Karina Milei y Santiago Caputo lo dejaron sin un lugar privilegiado y sin participación en la firma del pacto, lo que provocó la furia del expresidente y su rápida vuelta a Europa.
Mauricio Macri, expresidente de Argentina, experimentó un episodio de furia tras sentir que fue ninguneado durante el acto del Pacto de Mayo en Tucumán. El llamado de Guillermo Francos lo hizo abandonar su estancia en Europa, donde disfrutaba del torneo de Wimbledon, para regresar a Argentina y participar en el evento convocado por Javier Milei. Sin embargo, lo que prometía ser una oportunidad para fortalecer lazos políticos se convirtió en una serie de humillaciones.
Macri viajó desde Londres a Madrid, y luego a Buenos Aires, para finalmente llegar a un frío Tucumán, donde se encontró con una recepción mucho menos que cálida. Un gobernador peronista reveló que se cruzó con Macri en el ascensor y lo encontró con una expresión de enojo notable. La tensión aumentó cuando Francos le confesó a Macri que Karina Milei y Santiago Caputo intentaron minimizar su participación en el acto.
Durante el evento, Macri no solo fue dejado de lado en la firma del pacto, sino que tampoco se le reservó un lugar privilegiado entre los invitados. En lugar de firmar el documento oficial junto a Milei y los gobernadores, Macri tuvo que conformarse con dejar su firma en un libro que también firmaron otros 800 asistentes. Además, las cámaras de la transmisión oficial apenas lo enfocaron, prefiriendo mostrar a otras figuras como Diego Santilli y Daniel Scioli.
La indignación de Macri se evidenció en su silencio en las redes sociales, donde no publicó ninguna imagen del evento. La gota que colmó el vaso fue ver cómo Patricia Bullrich lo saludaba de manera desganada, mientras los seguidores de Caputo se burlaban de él en las redes. Macri regresó a Buenos Aires a las tres de la mañana, planeando su regreso a Europa y lamentando haber perdido el partido de semifinales de la Eurocopa entre España y Francia.
En resumen, Macri quedó con un sabor amargo tras el acto en Tucumán, reforzando su convicción de que cualquier negociación con La Libertad Avanza será complicada y relegará al PRO a un papel secundario. La experiencia en Tucumán dejó claro para Macri que su relevancia política está en cuestión, y que su partido deberá luchar para mantener su posición en el escenario político argentino.