La situación financiera de la provincia provocó, en medio de la transición, el primer cruce público entre el gobierno de Felipe Solá y el que asumirá el lunes 10 de diciembre Daniel Scioli. La gestión saliente responde las quejas.
La situación financiera de la provincia de Buenos Aires provocó, en medio de la transición, el primer cruce público entre el gobierno de Felipe Solá y el que asumirá el lunes 10 de diciembre, con la conducción del actual vicepresidente, Daniel Scioli.
El entredicho se produjo luego de que el futuro jefe de Gabinete, Alberto Pérez, exhibiera su preocupación por el déficit en las cuentas provinciales que tendrá que afrontar la nueva administración.
La respuesta oficial no se hizo esperar y llegó en un comunicado del Ministerio de Economía bonaerense en el que se aseguró que la situación financiera está "absolutamente bajo control".
El proyecto de ley de presupuesto provincial para el próximo año que está elaborando el Ministerio de Economía provincial prevé un total de gastos del orden de los 32.000 millones de pesos y contempla un déficit de 3.400 millones de pesos.
Esta última cifra se compone de la siguiente manera: 500 millones de déficit primario y 2.900 millones en concepto de capital e intereses de deuda externa.
No se incluyen allí los aumentos salariales a los empleados estatales, que como mínimo demandarían unos 1700 millones de pesos adicionales, según fuentes de la cartera económica.
"Será imprescindible administrar bien, recaudar mejor y tener mucho apoyo del gobierno nacional para poder afrontar el déficit de la provincia" dijo a LA NACION Pérez, tras revelar los datos oficiales. La publicación de esos dichos, anteayer, desató la polémica con la administración saliente.
"BAJO CONTROL"
Desde el Ministerio de Economía, que conduce Carlos Fernández, se informó que "la administración del gobernador Solá culminará con la situación financiera absolutamente bajo control, ya que se proyecta una necesidad de financiamiento inferior a la aprobada en el presupuesto original 2007, lo cual implica concluir el ejercicio con un resultado final positivo".
Se señaló, asimismo, que "se está finalizando el proceso de elaboración del proyecto de presupuesto 2008, que en principio arroja un resultado primario negativo del orden de los 500 millones de pesos y un resultado final equilibrado".
Como se ve, en la síntesis difundida por el equipo de Solá no se cuantifica la deuda pública provincial, que conforma la parte más cuantiosa del déficit previsto.
El comunicado indicó, además, que la política de financiamiento "se destina con exclusividad a atender un elevado nivel de inversión pública, así como los servicios de amortización e intereses de la deuda".
Y agregó que esa política "resulta compatible con la del gobierno nacional destinada a las provincias, en el marco de la ley de responsabilidad fiscal".
Las cuentas de la provincia ya habían originado alguna tensión entre Scioli y Solá al inicio de la campaña, cuando el entonces candidato a gobernador dijo en una entrevista que lo preocupaba el elevado déficit que podría heredar. Pero entonces se intentó enfriar la discusión, con un acuerdo para no entorpecer la carrera electoral.