El veterano de Malvinas había sido convocado por la producción para participar de “Bailando por un sueño 2012” junto a una kelper. “Primero hay que hablar de los valores y manejar estos temas en los colegios y los medios”, contestó en diálogo con Eduardo Román por la FM 105.7. Ahora, Canal 13 intenta sondear a otros ex combatientes. Tries también comentó acerca de su último viaje a las islas, y consideró que hay poca hospitalidad de los kelpers.
Canal 13 está preocupado por la baja del rating. A partir de las novelas “Dulce amor” y “Graduados”, Telefé lo superó en la medición a nivel mensual. Los directivos del canal del Grupo Clarín apuran el regreso de Marcelo Tinelli.
En la desesperada búsqueda de rating, el conductor y su producción le ofrecieron al ex combatiente de la Guerra de Malvinas, Esteban Tries, participar del “Bailando por un sueño 2012” junto a una kelper.
¿Tanta necesidad del rating como para derivar en esto…?
Lamentablemente, sí. Estamos usando cualquier cosa para generar rating y provecho económico. No estamos para nada de acuerdos. Todavía hay valores en nuestra patria y en nuestra gente que merecen mucho más respeto y valor que una simple oferta económica.
Contanos cómo fue el ofrecimiento. ¿Tuviste un llamado del “Chato” Prada?
No, ninguno de esos productores de primera línea. Fue un conocido de adentro que me llamó a tomar un café el martes pasado y me contó los proyectos para este año. Cuando me dice que va a haber una chica down, un muchacho en sillas de rueda, me dice que su idea también es meter a un veterano de guerra. Le digo “me parece que estás totalmente equivocado”. Malvinas es una causa muy sensible para la sociedad, no solo para los veteranos de guerra o familiares. Hay más de 2 mil muertos en la posguerra, con 500 suicidios. Todavía hay heridas abiertas. Le contesté que primero hay que hablar de los valores y manejar estos temas en los colegios y los medios. Y después ver si Malvinas, en algún momento, está permitido meterlo en un show televisivo. Le dije que por más que Tinelli tenga todo el poder político y económico del país, y uno no sea nadie dentro de esta sociedad, hoy hay redes sociales en las cual metés un mensaje “malvinizador” y destructivo para un show, yo voy a ver la forma de que el país opine en contra tuyo. Y ahí terminó la conversación.
¿Pero ellos insistieron, están tratando de acercarse a otros ex combatientes?
El show debe seguir, dice el refrán. Yo no soy la voz cantante de los veteranos de guerra, yo soy uno de los 7 mil combatientes. Mi postura es esta y no puedo responder por todos. Hay veteranos que quizás no tuvieron las mismas sensaciones, angustias y tristezas y que están dispuestos a defenestrar la causa. Cada uno, en su conciencia, sabrá cómo se maneja. Ellos (por la producción) nos garantizaron seriedad y respeto absoluto. Eso me lo podés garantizar de palabra, pero va a llegar un momento donde el rating no te dé y vas a empezar a armar un show. El “Cantando por sueño” por ahí es distinto, porque el jurado es respetuoso y sabe del tema. Pero uno conoce el show del “Bailando…” y el desgaste y manosea que provoca.
Si la producción presenta la invitación como una manera de generar conciencia los 30 años de Malvinas, hay otras formas. Si Tinelli quiere ayudar a la causa, lo puede hacer de otra manera. El morbo de bailar con una kelper no tiene nada que ver con generar conciencia…
Coincido con vos, Eduardo. Hay mil maneras. Le dije que si quiere hacer un programa homenaje, junto 500 veteranos, familiares de caídos, lo armamos. Estaríamos muy agradecidos, sabemos del rating y difusión del programa, y nosotros lo necesitamos.
A lo mejor la producción recoge el guante sobre un programa especial.
Yo escuché los reportajes a Badia y otras personalidades, y la sensibilidad y la forma en que los encara realmente conmueve. No sé si será artístico o no, pero a mí me conmueve cuando habla de situaciones traumáticas o dramáticas. El tipo sabe cómo encararlo. Esta causa es una causa nacional, de todos los argentinos y que nos llevó muchos años empezar a cicatrizarla.
¿Estuviste hace poquito en Malvinas, no?
Sí, a mitad de febrero, conocimos de punta a punta la Isla Soledad.
¿Hospitalidad cero en Malvinas frente a la presencia de un argentino y, más, de un ex combatiente?
Yo diría menos 10.
¿Qué anécdotas tenés del viaje?
Primero llegás y te hacen notar que ellos están ahí y te muestran la base porque quieren que veas sus aviones, cómo están protegidos y organizados. Lo que nunca se puede discutir del Imperio es la educación. Te la mandan a guardar, pero educadamente. Pero también fueron provocando permanentemente. El segundo día que estábamos desayunando frente al hotel, que es un lugar público, nos colocaron todas banderas británicas, pegadas una delante de otra. Se te empieza la vena a hinchar, y tratás de no reaccionar porque ellos buscan eso. Eso vaya y pase, pero no te permiten traer un recuerdo para tus allegados o para tener en tu casa, te lo sacan, y duele. Buscan la reacción.
¿Conocés algo más de lo sucedido con el presidente de Chile y Cristina Kirchner respecto a los vuelos hacia Malvinas?
No. Nosotros estamos con una disyuntiva. En un momento pienso “hay que bloquear los vuelos porque hay que aislarlos”. Cuando fuimos nosotros éramos 25 veteranos y 15 civiles, justo el Día de los Enamorados, el cargamento de rosas que tenía que llegar de Chile no lo pudieron cargar por el equipaje que había. Bueno, entonces decís “a una pequeña industria le provocamos pérdidas”. El tipo que esperaba las rosas para venderlas, no pudo hacerlo. El hecho de haber estado y saber que les molestas y les genera gastos. Ellos no están controlándote permanentemente, pero están llenando los tanques de combustibles y sobrevolando para que no haya disturbios o para avisar que ellos están. Entonces no sabés si lo mejor es aislarlos o estar con mayor actividad para que no se puedan relajar. Y que sepan que los veteranos y los argentinos seguimos insistiendo.