El intendente de Tigre Julio Zamora disparó contra el concejal del PRO Nicolás Massot por cumplir además con una función en la Ciudad de Buenos Aires. Es uno de los directores del Banco porteño.

«Lo de Nicolás Massot, funcionario de la Ciudad de Buenos Aires, es un caso paradójico. Es un funcionario de la Ciudad con tareas como concejal en Tigre. Una doble función, que creo yo está reñida con la ética en la función pública», expresó Zamora a Radio del Plata.

En ese sentido, Zamora, continuó: «El servidor público es un servidor full time esté donde esté. La pregunta es si pueden ejercer dos funciones a la vez, una pregunta que tiene que ver con analizar desde el punto de vista de la ética en la política».

¿MASSOT FUE EL ÚNICO APUNTADO?

Zamora fue consultado en esa emisora por una columna con su firma titulada “Sobre el maní, la posverdad y la ética profesional y política”. Allí responde sin mencionarlo al periodista Nicolás Wiñazky quien en su programa de TN usó declaraciones de Massot en el recinto donde se hacía referencia a gastos de la comuna en maní y champagne.

En el texto Zamora responde a ese dato, cuestiona la construcción de post verdad por parte de los periodistas, y en un fragmento final señala: “Tigre tiene el récord de concejales con doble función, si, otra vez leyó bien, funcionarios públicos nacionales y de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires que, además de desarrollar sus tareas nacionales o en la C.A.B.A., también realizan su labor de concejal”.

Con las declaraciones en Radio del Plata queda claro que el apuntado es Massot, un dirigente que buscará ser candidato a intendente. Pero sin embargo, la mayor cantidad de dirigentes con “doble cargo”, todos resignando la dieta como concejales, están en las filas del Frente Renovador.

En la sesión del lunes, Zamora pudo aprobar su Rendición de Cuentas sin el voto de Massot (presentó despacho de minoría en rechazo), y llamativamente con la abstención de los renovadores, compañeros del intendente dentro del Frente de Todos. En el recinto, tanto Rodrigo Molinos como Micaela Ferraro fueron críticos con la gestión, y el vínculo entre los massistas y el Ejecutivo local es cada vez más frío.