La cuarentena se ha extendido más de lo esperado. Son más de 40 días en la que muchos cuentapropistas o dueños de pequeños comercios no generan ingresos, y la solución inmediata es atender con las persianas bajas con riesgo de sanciones.
Con 6 semanas de cuarentena y una lista delimitada de rubros que se ven exceptuados, muchos comerciantes, que no pueden abrir sus locales, son golpeados por esta etapa que vive el país, porque no pueden obtener ingresos de forma alguna.
Por ello, en el comienzo de Mayo comenzó a registrarse una gran cantidad de cuentapropistas que empezaron a restablecer sus actividades pero con las persianas bajas, aunque su actividad no sea “esencial” desde el decreto 297. El único motivo es volver a generar la recaudación que mantienen a ellos y a sus comercios.
Basta con recorrer las calles de los diferentes barrios para dar cuenta de las librerías, jugueterías, locales de insumos de computación o cotillones que operan tras una reja con el objetivo de no fundirse y poder vivir.
En 3 de Febrero, la situación es preocupante, ya que “la caída comercial ha sido brutal, supera el 60%”, según planteó Santiago Iuzzolino, representante de la Cámara de Comercio del distrito, en exclusiva con LNW. Además, sostuvo que “el sistema financiero argentino no ha dado respuesta y se hace complicado para quienes piden ayuda a la banca privada”.
En la misma línea, Fabián Castillo, el presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires, criticó una «falta de colaboración de los bancos con las Pymes en medio de la tragedia económica que atraviesa el sector a causa de la pandemia».
COMERCIANTES PREOCUPADOS
La necesidad es clara: trabajar para sobrevivir. En este sentido, Iuzzolino planteó que ha recibido la llamada de comerciantes preocupados “porque ni siquiera pueden cumplir con las necesidades básicas de su familia”, y agregó: “No alcanza con que el gobierno central produzca las ayudas porque es transitorio y no soluciona el problema”.
La salud es una necesidad primordial en estos tiempos, pero los cuentapropistas plantean la prioridad de la salud de sus propios comercios que se ve atentada por el aislamiento social estricto. Por ello, están pidiendo una flexibilización para poder volver a trabajar, aunque sea en menores escalas.
“Ellos quieren trabajar pero hay una norma que lo impide, y muchos plantean que van a abrir igual”, planto el referente de comerciantes.
Un informe FECOBA plantea que el 50,8% de las PyMEs de Gran Buenos Aires y C.A.B.A. “no estarían en condiciones de seguir operativas en el corto plazo en las actuales circunstancias económicas”.
EN LA BÚSQUEDA DE SOLUCIONES
Desde Tres de Febrero, Diego Valenzuela presentará un proyecto de flexibilización de la cuarentena para que el gobierno provincial aplique “cuando lo crea oportuno”, que toma como base la oportunidad de volver al ruedo de “sectores que tengan un impacto relevante en el empleo”.
Por otra parte, Rodríguez Larreta le presentó el proyecto a Alberto Fernández para volver a restablecer el take away en restaurantes. Sin embargo, el presidente se lo denegó porque todos irían a buscar sus comidas y se perdería el sentido de la cuarentena.
A su vez, el gobierno nacional emitió un comunicado con un protocolo para el transporte de pasajeros en combis privadas que plantea que las mismas estén cubiertas solo en un 60% y no podrán usar cortinas, está mañana.
Sin dudas, la presión sobre el poder ejecutivo para comenzar a reactivar la economía de pequeños y medianos comercios es muy grande, tanto que un sector de la población le escribió una carta mostrando disconformidad. Por lo tanto, habrá que pensar en un protocolo que ayude a estos sectores a volver a generar ingresos.