Se trata de algo deseado por muchos ya que maneja una caja suculenta de recursos. Cinco nombres para una sola silla.
La conducción del Consejo Federal de Inversiones (CFI), hasta ahora en mano siempre del peronismo, está en juego. Se trata de algo deseado por muchos ya que maneja una caja suculenta de recursos. La rosca es entre los gobernadores de diferentes partidos.
Los ocho gobernadores del PRO y la UCR intentará arrebatarle al PJ el control de ese organismo estratégico que administra una caja millonaria para proyectos de inversión provinciales.
Por su parte, los gobernadores del peronismo, a través de Gildo Insfrán, convocaron para el martes a una asamblea en las oficinas del microcentro. y ese mismo día, podría definirse a mano alzada con la mayoría de los presentes la suerte de Ignacio Lamothe, el actual secretario general cuyo mandato se vence el mes próximo y que aspira a quedarse con ese asiento por cuatro años más.
Como sea, y a pesar de la movida del peronismo para mantener la conducción, los nombres que circulan desde hace días son cinco, aunque algunos parecen haber quedado en el camino en la recta final. Ante las posibilidades de reelección de Lamothe aparecieron otros cuatro postulantes: Sebastián García de Luca, impulsado por Rogelio Frigerio y otros gobernadores de JxC; el exdiputado riojano Felipe Álvarez, que tendría el aval de gobernadores patagónicos, encabezados por el neuquino Rolando Figueroa; el consultor Gastón Douek, promovido por el radical Gustavo Valdés; y el exministro porteño Bruno Screnci, muy cercano al cordobés Martín Llaryora.
Oriundo de Mercedes como Eduardo “Wado” de Pedro, Lamothe fue propuesto en el 2020 por el entonces ministro del Interior de Alberto Fernández y fue designado de manera unánime por todos los jefes provinciales.
En rigor, habiéndose enterado de que el PRO y la UCR pretenden arrebatarle su lugar, Lamothe comenzó a moverse: además de intentar convencer a todos los sectores peronistas, Ayer, por caso, se reunió con Marcelo Orrego, del PRO de San Juan, con el que compartió un acto vinculado con el organismo.
El panorama es complejo. El artículo 9 de la Carta Constitutiva del CFI establece que el secretario general será designado por “dos tercios de los miembros presentes en la Asamblea”, el órgano que integran todas las provincias. Si en la primera votación ningún candidato obtuviere esa mayoría, se procederá a una segunda votación. Si tampoco fuere exitosa, el secretario será electo por simple mayoría.
En rigor, cinco candidatos para una silla que maneja una caja jugosa.
El CFI es un organismo autárquico compuesto por las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, que se financia con fondos que se deducen de la masa coparticipable. De acuerdo con su Carta de Constitución, los recursos son retenidos mensualmente por el Gobierno y depositados, de inmediato, a la orden del organismo en una cuenta en el Banco Nación. El monto se determina por «una tasa máxima del 0,75% a aplicarse sobre el monto que en concepto de coparticipación le corresponda» a cada provincia. El acta constitutiva dice en su artículo 11 que es la Asamblea del organismo -compuesta por los representantes designados por cada provincia- la encargada de aprobar «el presupuesto anual y la cuenta de inversión que deberá presentar el secretario general».