
La central obrera paralizará el país con una huelga de 36 horas que comenzará con una movilización al Congreso. La protesta incluirá a más de 40 gremios estratégicos y marcará un nuevo capítulo en el conflicto con el gobierno de Javier Milei.
La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó un nuevo paro general de 36 horas contra el gobierno de Javier Milei. La medida se iniciará el miércoles 9 de abril a las 15 con una movilización al Congreso junto a los jubilados y se extenderá durante todo el jueves 10, sin prestación de servicios en sectores clave como el transporte, la educación, la salud y la banca.
La central sindical resolvió la protesta tras una reunión en su sede de la calle Azopardo. Allí, los principales referentes gremiales terminaron de definir los detalles de la marcha al Congreso y la extensión del paro, que se convirtió en la tercera huelga general contra la administración libertaria, luego de las registradas el 24 de enero y el 9 de mayo del año pasado.
La medida recibió la adhesión de más de 40 gremios estratégicos. Entre ellos, los sindicatos ferroviarios La Fraternidad y Unión Ferroviaria, que confirmaron que no circularán trenes en todo el país durante la jornada. También se sumaron los metrodelegados, quienes interrumpirán el servicio de subtes en la Ciudad de Buenos Aires.
En el sector aéreo, los gremios APLA, APA, UPSA y Atepsa anunciaron que no prestarán servicios, lo que provocará la cancelación de vuelos en todos los aeropuertos. Sin embargo, los controladores aéreos deberán garantizar el 45 por ciento de la actividad, por ser un servicio considerado esencial.
La situación del transporte terrestre generó tensiones internas. Aunque la Unión Tranviarios Automotor (UTA) expresó su apoyo simbólico al paro, el gremio no interrumpirá el servicio de colectivos por la conciliación obligatoria vigente. La decisión generó malestar en la cúpula de la CGT, donde algunos dirigentes acusaron a la conducción de la UTA de buscar beneficios propios en su negociación con el Gobierno. “Nos están usando para negociar la propia”, advirtió un referente sindical. Otro fue más lejos: “Si fuera por mí, los expulsaría de la CGT”.
Además del transporte, la protesta afectará a la administración pública. Los trabajadores nucleados en ATE y UPCN paralizarán sus tareas, garantizando solo una atención mínima en hospitales y dependencias esenciales. También se sumarán los docentes de CTERA, CONADU y FATUN, lo que sin dejar clases a millas de alumnos en escuelas y universidades públicas. En Córdoba, la UEPC y el gremio municipal SUOEM confirmaron su adhesión.
La Asociación Bancaria también se plegará al paro. Las sucursales permanecerán cerradas y solo se podrán realizar operaciones mediante plataformas digitales. Por su parte, los gremios aeronáuticos confirmaron que no prestarán servicios en tierra ni en vuelo, mientras que el Sindicato de Peones de Taxis expresó su apoyo aunque aclaró que algunos choferes podrían trabajar.
En el sector privado, el nivel de acatamiento dependerá de la disponibilidad de transporte. El gremio mercantil, liderado por Armando Cavalieri, no acompañará la medida, por lo que supermercados y comercios funcionarán con personal reducido.
Desde la CGT justificaron la protesta en el deterioro del poder adquisitivo, el congelamiento de las paritarias, el recorte a los jubilados y la paralización de la obra pública. “No se sostiene más la falacia oficial de una inflación controlada mientras la canasta básica supera los 2 millones de pesos”, expresó Gabriel Gusso, dirigente de la UTA.
El secretario general de la central, Héctor Daer, subrayó que la CGT seguirá movilizada junto a los sectores más vulnerables. «Hoy nos reunimos con nuestros jubilados y jubiladas, desde la central reafirmamos nuestro compromiso de acompañarlos en la marcha del próximo miércoles. Juntos seguiremos luchando para seguir sosteniendo los derechos de todos y todos los trabajadores argentinos», escribió en sus redes sociales.
El gobierno intentó minimizar la medida. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, consideró el paro como “ridículo” y advirtió que tendrá consecuencias para los gremios. Aun así, la masiva adhesión de sindicatos clave anticipa una jornada de fuerte impacto político, económico y social. La CGT ya anticipó que el plan de lucha continuará con una nueva movilización el 1º de mayo.