La reunión se llevará a cabo en septiembre. La comitiva de los trabajadores estará encabezada por el titular de la Uocra, Gerardo Martínez.
El Papa Francisco recibirá a la Confederación General del Trabajo (CGT) en la segunda quincena de septiembre. Durante esta reunión, la central obrera planea presentarle al Sumo Pontífice un análisis detallado de la situación social en Argentina, así como de las condiciones que enfrentan los trabajadores en medio de una crisis económica.
La visita, gestionada por Gerardo Martínez, presidente de la UOCRA, aún no ha confirmado la lista definitiva de asistentes, aunque se espera la participación de varios sindicalistas.
El Papa Francisco, antes de esta reunión, estará en una gira de 11 días por Asia y Oceanía. La CGT ha estado organizando esta visita durante un tiempo, y es una de las principales acciones en su agenda para abordar las dificultades laborales y económicas que afectan al país.
En otro ámbito, el Papa Francisco también se involucró en la actualidad argentina. Recientemente, en respuesta a la polémica generada por la visita de diputados de La Libertad Avanza a represores de la dictadura cívico – militar, Su Santidad se reunió con Anita Fernández, la hija de Ana María Careaga, quien fue secuestrada durante el régimen dictatorial.
El Instituto Espacio para la Memoria compartió un comunicado respecto a la reunión de Anita con Bergoglio, y allí expresaron que «el Papa le manifestó que se había enterado de que unos diputados habían visitado a Astiz, que estaban queriendo que no estuvieran presos y que eso era algo muy peligroso».
«No aflojen, conserven la memoria de lo que han recibido, no solo de las ideas sino de los testimonios, ése es el mensaje que les doy en este día», expresó el Papa. En este sentido, desde el Instituto aseguraron que fue también un mensaje dirigido a la «ofensiva contra la memoria» que desde un comienzo impulsa La Libertad Avanza.
Bergoglio mencionó durante la audiencia a Esther Balestrino de Careaga, abuela de Anita, y quien fuera también su jefa en un laboratorio de análisis clínicos. Aseguró que de ella había «aprendido su amplitud política, entre otras palabras afectuosas».