
Luego de que el presidente, Javier Milei, haya ordenado retrotraer los aumentos en los sueldos de los altos cargos jerárquicos y de los legisladores por intermedio de Villarruel y Menem, surgió el malestar en distintos sectores de la política.
El presidente de la Nación, Javier Milei, les ordenó a la vicepresidente, Victoria Villarruel, y al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que dieran marcha atrás con el aumento de sueldos a los legisladores e incluso el propio jefe de Estado tuvo que retrotraer un aumento en el Ejecutivo que llevaba su propia firma.
Sin embargo, estas medidas generaron mal estar no solo en la vice, que se mostró en contra tanto en privado como en público -en una entrevista a TN dijo que consideraba que debían subirse las dietas-, sino también en el propio Ejecutivo que comanda Milei. El aumento giraba en torno a un 48% entre enero y febrero que llevaba el sueldo presidencial de $4 a $6 millones, el de un ministro de $3,5 a $5,3 millones y de un secretario de Estado de $3,2 a $4,8.
El decreto lo publicó la diputada de Unión por la Patria, Victoria Tolosa Paz, enojada por la marcha atrás de Menem y Villarruel. Cuando la situación se hizo pública, el presidente se desentendió del tema, pidió deshacer el aumento y bajó la orden de alinear el discurso interno. Según el último estudio de Opina Argentina, de Facundo Nejamkis, el 52% de los consultados no le creyó al gobierno cuando instaló que se trató de un «error involuntario». El que cayó fue el secretario de Trabajo, Omar Yasín.
Por su parte, en el Congreso existe un fastidio muy grande por este tema. Más allá de que hay diputados y senadores que se mostraron a favor de retrotraer los salarios por el esfuerzo que está haciendo la sociedad en medio del ajuste del Gobierno nacional, hay otros que a vivas voces entienden que el sueldo no se debería haber congelado. Pero, no obstante, entienden que es una discusión antipática en medio de la crisis económica que atraviesa el país hace años.
Hay un diputado de extensa trayectoria política que se mostró muy molesto. Un poco más de $900.000 es el salario neto que, por ejemplo, un diputado del peronismo tendrá acreditado la semana próxima en su cuenta, más otros casi $200.000 en concepto de «desarraigo», un plus que reciben aquellos legisladores que son del interior. Es decir, algo más de $1 millón, según la constancia que constató este medio. Muy por debajo del sueldo en torno a los $2,2 millones que percibieron en febrero con el aumento dispuesto por Menem y Villarruel antes de dar la marcha atrás, pero incluso una cifra mucho menor a los $1,7 millones que, en promedio, cobraron en enero.
«Vamos a cobrar menos que hace dos meses, es un delirio, genera más malhumor. En todo caso que lo descuenten en cuotas», le dijo al portal Infobae el diputado. Y otro exclamó: «No llegamos a los 2 millones. Por todo concepto cobro alrededor de $1,8 millones«, explicó un legislador de la UCR.
«Dejar sin efecto, a partir del 1 de enero de 2024, la RC 13/11 suscripta por Amado Boudou y Julián Domínguez, en lo que respecta a la equiparación y movilidad automática de la Dieta, Gastos de Representación y Desarraigo que perciben los diputados y senadores nacionales», firmaron el 11 de marzo el presidente de la Cámara baja y la vicepresidente.
El último aumento para los legisladores habia sido en noviembre. Lo cierto es que, en el caso del Congreso, la inquietud de los legisladores se aceleró en las últimas semanas. «Hay una construcción de que somos todos millonarios, y no es así», se desahogó un diputado.
Es verdad que hay un grupo que sí lo es, pero la mayoría de los diputados y buena parte de los senadores necesitan sus dietas para vivir, con un agravante para el caso de los legisladores que deben trasladarse desde sus provincias, más allá de que el Parlamento costea los pasajes.
Hay un senador que le explicó al medio citado anteriormente que, solo por el alquiler de un departamento modesto y las expensas, debe desembolsar unos 750 dólares. En un bloque aliado en la Cámara baja resaltaron que las habitaciones de hoteles en las que duermen cuando vienen a la ciudad de Buenos Aires son cada vez de menor calidad.
Pero hay un agravante: legisladores remarcaron que hay colegas que avisaron que no estarán en las reuniones de comisión por la situación salarial que no les permitiría costear su estadía. Seguramente, el aumento volverá a estar en discusión en los próximos meses, a pesar del discurso anticasta del Gobierno nacional y, especialmente, del presidente.