
En plena crisis global por la guerra comercial entre Trump y China, la gestión de Milei evita medidas y apuesta al FMI. Crece la presión por $LIBRA, se profundiza la interna política y se desploman acciones y criptomonedas
La administración de Javier Milei enfrenta días de extrema tensión, tanto en el plano económico como político. Mientras en el mundo los mercados financieros se sacuden por la decisión de Donald Trump de aplicar nuevos aranceles globales, la administración argentina optó por minimizar los efectos en el ámbito local y no adoptar medidas urgentes. “Así es el bear market, a veces sube y a veces baja”, deslizó con desdén un funcionario cercano al presidente, buscando restarle dramatismo al colapso bursátil que sacude al planeta.
Desde Casa Rosada, insisten en mantener la calma pese a que el escenario se complejiza: caen las acciones argentinas en Wall Street, los bonos en dólares retroceden hasta un 3% y el dólar blue ya supera los $1.300. Sin embargo, las voces oficiales descartan tanto una devaluación como el lanzamiento de medidas para amortiguar el impacto externo. Según admiten en reserva, si esta situación se prolonga, podría convertirse en un serio problema para el país, especialmente por su nivel de endeudamiento.
En medio de este panorama convulsionado, Milei se encontraba en Estados Unidos, en busca de una nueva postal con Trump durante la entrega de un premio en Mar-a-Lago. No lo logró. Mientras tanto, en Argentina, el Senado rechazó por amplia mayoría los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, una derrota que terminó de convencer al segundo de presentar su renuncia. “La Corte ya resolvió y le tomó juramento”, se excusó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentando relativizar el traspié.
El Gobierno, desde febrero, perdió el control de la agenda pública. La polémica en torno al caso $LIBRA y las consecuencias que arrastró en la imagen de Karina Milei, con un 80% de menciones negativas entre enero y marzo, según AdHoc, evidencian una crisis de manejo político y comunicacional. El informe de Opina Argentina también refleja que la popularidad de Milei continúa en descenso, marcando dos meses consecutivos de deterioro en su aprobación.
En X, antes Twitter, el asesor estrella Santiago Caputo, desde la cuenta que según “El Monje” le pertenece, arremetió con dureza en plena caída bursátil global: “El que tenga miedo que se quede en su casa en un frasco de vidrio termosellado”. Y horas más tarde, luego del anuncio del desdoblamiento electoral en Buenos Aires por parte de Axel Kicillof, cerró el día con un provocador mensaje: “Divide et impera, TMAP”.
Ese movimiento del gobernador bonaerense encendió alertas en todo el mapa político. La interna del peronismo se agrava y en el oficialismo leen la jugada como una oportunidad. Si la ruptura del PJ se confirma, La Libertad Avanza podría ilusionarse con una victoria en el principal distrito del país, pese a las dificultades de coordinación logística. El propio Kicillof necesita del respaldo federal para garantizar el despliegue de fuerzas de seguridad durante los comicios, y en el entorno de Milei no descartan retacear esa colaboración.
El frente político se vuelve más incierto aún con la convocatoria de una sesión especial en Diputados para investigar el caso $LIBRA e interpelar a funcionarios clave. Pablo Juliano impulsa la movida, pero desde la Cámara baja aseguran que aún faltan algunos legisladores para alcanzar el quórum. Mientras tanto, el Ejecutivo hace llamadas desesperadas a aliados del PRO, la UCR y el peronismo disidente para evitar el avance de la iniciativa.
En paralelo, el Gobierno intenta contener otro frente: el paro de transporte convocado por la CGT en coincidencia con una marcha de jubilados. En particular, buscan acordar con Roberto Fernández de la UTA para garantizar que haya colectivos circulando y debilitar así la protesta. “Estamos hablando para lograr que haya transporte, eso descomprime”, confió un operador libertario.
A pesar de la incertidumbre, el presidente mantiene su apuesta por lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que le permita acceder a entre 8.000 y 10.000 millones de dólares de libre disponibilidad. Esos fondos serían clave para capear la tormenta económica y compensar la pérdida de reservas. “Hoy más que nunca necesitamos el acuerdo y los dólares del agro, pero ya no para ver si salimos o no del cepo, sino para poder encausar el barco. El mundo es una bandada de cisnes negros”, explicó un economista vinculado al oficialismo. Otro, cercano al PRO, advirtió: “Se va a complicar la macro, será un sacudón. Más que nada por el precio del petróleo y el financiamiento externo”.
En efecto, el barril de petróleo Brent cayó a su nivel más bajo en cuatro años, mientras que el WTI bajó hasta los 61 dólares. Los combustibles y la energía representan casi un 14% de las exportaciones argentinas. Por eso, la caída del crudo golpea doble: reduce ingresos y complica aún más la balanza comercial.
Mientras tanto, la disputa interna entre los Macri y los Milei por el control del electorado porteño suma tensión a una campaña marcada por la fragmentación de la centroderecha. En ese contexto, una eventual victoria del PJ en CABA, impensada hasta hace poco, ya no parece imposible. La estrategia libertaria es clara: “Divide y reinarás”.