La Universidad Nacional de Quilmes enfrenta un clima de agitación tras un violento ataque durante una asamblea estudiantil, en el que se registraron heridos y el uso de gas pimienta. Este hecho, que ocurre en medio de la crisis por el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, ha encendido las alarmas entre estudiantes y autoridades, quienes se organizan para denunciar la situación y visibilizar las preocupaciones por el futuro de la educación pública en Argentina
En un contexto de creciente tensión social y violencia en las universidades, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) ha sido escenario de un violento ataque que ha desatado un fuerte rechazo entre estudiantes y autoridades. Este incidente se produce en medio de un clima de preocupación por el impacto del reciente veto a la Ley de Financiamiento Universitario, que ha llevado a una significativa reducción en el presupuesto destinado a las instituciones educativas. A medida que la comunidad universitaria se organiza para presentar denuncias y continuar con sus actividades académicas, el debate sobre el futuro de la educación pública en Argentina se intensifica, reflejando las dificultades que enfrentan los estudiantes en la actualidad.
Eva Pinto, presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), se pronunció al respecto: “Nosotros no somos partícipes, ni queremos serlo, de la violencia que están llevando adelante, nosotros somos estudiantes, militantes estudiantiles, pero que estamos en defensa de la educación pública. Para nosotros la violencia no tiene lugar en la universidad, ni debería tenerlo en ningún espacio, pero también entendemos que son parte de discursos de odio que son generados también hasta por el propio presidente Javier Milei«.
El lunes por la noche, un grupo de militantes de La Libertad Avanza, junto a una concejala de Quilmes, irrumpió de manera violenta en una asamblea estudiantil que se estaba desarrollando en la UNQ. Durante la reunión se discutía la toma de la universidad y las acciones de protesta previstas en el marco del paro nacional programado para el jueves 17 de octubre. Este ataque se suma a un clima de creciente tensión en las universidades del país, exacerbado por el reciente veto de la Ley de Financiamiento Universitario, que fue ratificado por una fracción de la Cámara de Diputados.
De acuerdo con lo que relataron los presentes, los agresores, quienes no pertenecían a la comunidad universitaria, utilizaron megáfonos para generar disturbios, lo que rápidamente escaló en una discusión acalorada. Según Pinto, ante la provocación y el comportamiento violento de los intrusos, los estudiantes votaron de manera unánime para que se retiraran del lugar, ya que no formaban parte del estudiantado y solo buscaban crear conflictos.
No obstante, al serles exigida su salida, los agresores respondieron con más violencia. Uno de ellos sacó gas pimienta de su mochila y lo dispersó dentro de las instalaciones, lo que afectó a varios estudiantes, especialmente a mujeres que tuvieron que ser atendidas por la inhalación de este químico. «Había muchas personas que no podían respirar«, relataron algunos de los estudiantes que vivieron la agresión de cerca.
Eva Pinto manifestó su profunda preocupación por los actos de violencia ocurridos y resaltó el respaldo que recibieron de la comunidad universitaria y las autoridades locales y provinciales. “Una vez que pudimos solucionar eso, continuamos con la asamblea, ratificamos la toma y nada, cada persona, cada estudiante, todos los que quisieron participar de la asamblea participaron como era nuestra idea principal. Así que no pudieron romper con este espacio democrático que construimos los estudiantes de la universidad”, declaró Pinto, subrayando que la violencia no logró desarticular el proceso democrático que habían impulsado.
Tras estos incidentes, el martes se convocó una reunión entre rectores, gremios y docentes, en la que se resolvió organizar una marcha de antorchas para el miércoles, en señal de repudio a la violencia ocurrida en la UNQ. «Se van a movilizar todos desde la plaza Houssay hacia el Palacio Pizzurno«, informaron fuentes cercanas, anticipando la magnitud de la manifestación.
En cuanto a los vínculos políticos, el rector de la Universidad Nacional de Quilmes, Alfredo Alfonso, compartió detalles con este medio sobre los hechos y señaló que se ha iniciado una investigación exhaustiva para identificar a los agresores y proceder con las denuncias correspondientes. Varios de los atacantes, afirmó, mantenían conexiones políticas en la región.
“Uno de los agresores fue identificado como un asesor de la concejala Estefanía Albacete del Consejo Deliberante de Quilmes, lo cual es extremadamente grave, porque el uso de la violencia está siendo avalado por representantes del Estado”, comentó Alfonso, en referencia al clima creciente de violencia que se ha instalado en la sociedad. Además, agregó: “La persona que roció con gas pimienta es la misma que estuvo apoyando al Gobierno nacional durante el cierre de la agencia Télam, provocando a los trabajadores en la puerta con un cartel”.
Las declaraciones del rector fueron respaldadas por un comunicado oficial que se difundió en la página web de la UNQ, acompañado de videos y pruebas documentales del incidente. “En 35 años de trayectoria de la UNQ, es la primera vez que se viven hechos de esta violencia. Justamente, suceden el mismo día en que personas ajenas a la institución, y que posteriormente se identificaron como relacionadas a la concejala local Estefanía Albasetti, irrumpieron en la Universidad. Que cada persona saque sus propias conclusiones”, concluye el informe, dejando en evidencia la gravedad de los hechos.
Solange Del Río, consejera superior por el claustro estudiantil y miembro de la agrupación Alianza Universitaria de la UNQ, expresó su preocupación y señaló que, además del uso de gas pimienta, “hubo patadas, golpes y empujones” durante el violento incidente. Hizo un llamado a la intervención del Estado nacional para abordar la situación.
“Consideramos que, como presidente de la nación, Javier Milei debería realizar un comunicado y debería repudiar estos hechos de violencia. Entendemos que no lo va a hacer, entendemos que tanto él como la concejal Albacete y las personas afines al partido de La Libertad Avanza fogonean todo el tiempo e incitan todo el tiempo a este tipo de acciones y este tipo de agresiones, las festejan”, argumentó Del Río. Además, se refirió a la “información falsa” que circuló afirmando que los militantes libertarios eran las verdaderas víctimas del ataque: “Mienten y dicen que nosotros fuimos los que tiramos el gas, los que provocamos cuando claramente se notan los videos y toda la comunidad universitaria que estaba ahí lo puede afirmar que no fue así”.
Del Río subrayó la importancia de que la comunidad universitaria se mantenga unida en la defensa del financiamiento de la educación pública y resaltó la necesidad de continuar con acciones de protesta organizadas y pacíficas. “Estamos muy consternados con lo que pasó, porque nosotros nos caracterizamos justamente por llevar estas acciones de forma pacífica. A veces sentimos que no es fácil consensuar entre todas las agrupaciones de esta universidad, pero aun así nos une la defensa de la educación pública para llevar adelante este plan de lucha”, concluyó, enfatizando la determinación de los estudiantes en su causa.
El ataque ocurrido en la UNQ se inscribe en un contexto más amplio de creciente violencia y tensiones sociales que afectan al país. La falta de respuestas conciliadoras por parte del Gobierno nacional ha sido identificada como un factor que agrava este clima de agresión.
Tras los incidentes, tanto el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, visitaron la universidad para expresar su apoyo a los estudiantes y ofrecer su colaboración en las denuncias judiciales. Mendoza declaró: “Vamos a manifestar nuestro repudio y preocupación, porque ayer hubo personas heridas en la vista y en la respiración; esto no puede naturalizarse. El odio, la mentira y la violencia no pueden naturalizarse”, y agregó que, en su opinión, el ataque “estuvo planificado” y no fue un suceso aislado.
La intendenta también reveló que ya había advertencias sobre una respuesta violenta a cualquier manifestación en defensa de las universidades. “Así fue como ingresaron estos 15 varones y tiraron gas pimienta”, señaló, y recordó que la propia concejala Albasetti había compartido, días antes de la marcha universitaria, un mensaje en sus redes sociales que incitaba a la violencia: “No lleven niños porque vamos a repartir palos y gas pimienta”.
Por su parte, semanas atrás, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, había abordado el aumento de la agresión en la sociedad: “La violencia está subiendo y se ha trasladado a la vida cotidiana de las personas, en discusiones, disputas entre vecinos, a veces por un choque o por nada. Desde las más altas autoridades de nuestro país se emanan respuestas de agresión e insultos simplemente por no pensar igual en política”. Kicillof criticó abiertamente el gobierno de Milei, a quien responsabilizó por los discursos de odio y confrontación que propician situaciones de violencia como la ocurrida en la UNQ.
Las autoridades universitarias y los estudiantes están trabajando en la elaboración de las denuncias correspondientes, presentando pruebas como el gas pimienta utilizado y grabaciones del ataque. A pesar de los recientes eventos, las actividades en la UNQ continúan con normalidad. La toma activa de la universidad seguirá a lo largo de la semana, con clases públicas y actividades culturales y académicas programadas.
Además, el jueves participarán en el paro nacional, y el viernes está planeada una marcha desde la universidad hasta el centro de Quilmes para visibilizar la situación crítica que enfrenta el sistema universitario en el país.
“Hay mucha preocupación por las consecuencias del veto a la ley de Financiamiento Universitario y por la reducción del presupuesto asignado, cuya propuesta del Gobierno nacional es del 54 por ciento del total que se había solicitado. Estamos preocupados por lo que también vamos a enfrentar el año que viene. Si son estos números, vamos a estar mucho peor que en 2024”, advirtió el rector Alfonso.
El rector también subrayó la importancia de las universidades nacionales en este contexto de creciente tensión social: “Las universidades son un catalizador de muchas frustraciones y tensiones en la sociedad. Pero esto no justifica la violencia ni las provocaciones que hemos presenciado. Vamos a seguir defendiendo la educación pública con todas nuestras fuerzas”.
Durante la sesión de la Cámara de Diputados que agravó el conflicto, la mayoría de los legisladores de la provincia de Buenos Aires votó a favor de anular el veto de Milei, que había dejado sin efecto la ley que asignaba 738.595 millones de pesos para el financiamiento de las universidades nacionales.
En los primeros nueve meses del gobierno de Milei, las transferencias a las universidades se redujeron más del 30 por ciento. A pesar de que el sector libertario sostiene haber incrementado los gastos operativos, lo más alarmante es la caída salarial de docentes y no docentes, que ya alcanza un 30 por ciento en términos reales.
Actualmente, Argentina cuenta con 2,5 millones de estudiantes universitarios, la mayoría de los cuales cursan sus estudios en la provincia de Buenos Aires, que alberga 25 universidades nacionales, 16 de ellas ubicadas en el conurbano.