
En Avellaneda, en un plenario de la CTA, la Vicepresidenta criticó el manejo de los planes sociales; la respuesta no demoró.
“Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja”, fue una de las frases de Cristina Kirchner durante su discurso ayer en la CTA. La vicepresidenta lanzó duros cuestionamientos al funcionamiento de los planes y fondos sociales en el interior de su propio Gobierno. Pero además del Movimiento Evita, el gran sostén político en los barrios del presidente Alberto Fernández y motivo de disputa interna en el oficialismo, las grandes apuntadas fueron las organizaciones piqueteras, que salieron a responderle.
“A 20 años del asesinato de Maxi (Kosteki) y Darío (Santillán), muy cerca de donde cayeron, por responsabilidad política de varios funcionarios de su Gobierno, la vicepresidenta se sumó a la campaña antipiquetera, mientras pacta con los punteros repodridos de los intendentes”, manifestó Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, en referencia a los jóvenes piqueteros asesinados durante la represión policial de lo que se denominó “La masacre de Avellaneda”, el 26 de junio de 2002.
Sobre esta última frase puntualizó Silvia Saravia, quien está a cargo de la rama Barrios de Pie- Libres del Sur y es una de las caras femeninas de las organizaciones piqueteras que más se ha movilizado en las calles. “Las mujeres somos protagonistas y dirigentas en las organizaciones que estamos en las calles, enfrentando el modelo de pobreza y precarización laboral de tu gobierno Cristina Kirchner”, cuestionó.
Las mujeres somos protagonistas y dirigentas en las organizaciones que estamos en las calles, enfrentando el modelo de pobreza y precarización laboral de tu gobierno @CFKArgentina pic.twitter.com/zgQXI1eynZ
— Silvia Saravia (@silvia_saravia) June 20, 2022
Los dardos de Cristina Kirchner se dan en un momento de recrudecimiento del control de la calle. Pero no solo habló para afuera, también hacia adentro. Sin nombrarlo, la vicepresidenta cargó contra el Movimiento Evita, que conducen los dirigentes Emilio Pérsico y Fernando Navarro, a quienes el presidente Fernández le encomendó desde un comienzo el manejo de buena parte de la caja social de su gobierno para “controlar la calle” y “los ánimos sociales”. Se trata de una de las organizaciones más convocantes del país y su rol de “ambos lados del mostrador” es cuestionado tanto por CFK como por piqueteros.
Por su parte, el subsecretario de Políticas de Integración y coordinador de Somos-Barrios de Pie, Daniel Menéndez, dijo que las palabras de Cristina «fueron despectivas y estigmatizantes».
«Me parece que tuvo un tono demasiado despectivo con lo que tiene que ver con la tarea de la militancia social y los movimientos sociales. No comparto lo que dijo, pero entiendo que es parte de un debate que tenemos al interior del Frente de Todos», expresó Menéndez.
En tanto, sobre el fin de la jornada del día martes, el Movimiento Evita divulgo un comunicado titulado «La única verdad es la realidad».
Comunicado completo:
COMUNICADO MOVIMIENTO EVITA
COMUNICADO • 21/06/2022
La única verdad es la realidad.
Ante la campaña de estigmatización contra las organizaciones populares que se ha incrementado en los últimos días en los medios de comunicación y en las afirmaciones de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, queremos expresar nuestra posición.
Hoy existen más de 200 organizaciones sociales que nacieron al calor de la resistencia al neo-liberalismo de los ‘90 y el macrismo. Son las mismas que estuvieron al frente del cuidado en la pandemia y las que hoy proponen organizar una sociedad que reclama nuevas formas de producción y trabajo. Esa realidad surge de la dinámica del capitalismo financiero, en el marco del cual hace más de 50 años que no crece el trabajo registrado en la Argentina. También de la inacción del Estado y de la obstinación de quienes quieren seguir aplicando recetas del pasado a problemas del presente. Lamentamos que parte de la dirigencia política sea incapaz de entender la realidad del trabajo en el siglo XXI. Es más fácil pelear con quienes la expresamos, que escuchar y reflexionar acerca de cómo resolver los problemas de los que peor están.
Hoy la realidad del trabajo la expresan las organizaciones sociales en conjunto con los sindicatos. En las fábricas y en los barrios. En relación de dependencia en una empresa privada y en cooperativas y unidades productivas. La economía popular es la expresión de esta nueva realidad del trabajo que tenemos que dignificar y dotar de derechos para construir las instituciones que requieren los descamisados del presente.
Reducir la economía popular a los planes sociales es negar la realidad. Los planes sociales son apenas el 10% de la economía popular y el 5% del conjunto de los trabajadores y las trabajadoras. El IFE nos demostró que había más de 11 millones de trabajadores y trabajadoras por fuera de las relaciones de dependencia. Hay 6,5 millones en el sector privado y más de 3 en el sector público. Los 11 millones de trabajadores y trabajadoras a las que nos referimos no se quedaron esperando que el Estado o el mercado resolvieran sus ingresos: salieron a buscárselos y hoy son la mayoría de la fuerza de trabajo.
Sería más productivo que discutamos cómo dota de derechos, herramientas y créditos a la producción de las y los trabajadores textiles, los cartoneros y recicladores, las empresas recuperadas, los pequeños agricultores, los ladrilleros, las trabajadoras del cuidado, etc. A todos aquellos y aquellas que se organizan sin patrón y que trabajan todos los días con y sin un plan social. Un apartado especial merece las tareas de cuidado socio comunitario que las compañeras asumen con mucho orgullo además de ser dirigentas barriales y referentas políticas.
La política tradicional entiende la participación política de los más humildes desde dos lugares igual de estigmatizantes: víctimas, que deben recibir asistencia inmediata del Estado como único ejecutor posible o victimario, en forma de puntero político que es culpable de reproducir la pobreza. Punteros y planeros son dos expresiones que intentan denigrar la organización política y productiva de nuestros barrios populares, a cargo de dirigentes sociales que dejan su vida en la lucha por la dignidad de sus compañeros y compañeras y que a la vez exigen una renovación política que exprese las demandas actuales y reales, pero que fundamentalmente los tenga como protagonistas.
Desde el Movimiento Evita creemos que el peronismo debe ser la estrategia política de los trabajadores y las trabajadoras del presente. Ese trabajo es el asalariado público y privado, son los autónomos, son la economía popular, etc. Negando la realidad del trabajo en el presente nos negamos la posibilidad de construir un futuro para todos y todas. Bienvenido el debate al Frente de Todos, porque lo único que debe preocuparnos es cómo construimos un proyecto de país con justicia social. Sin la economía popular eso es totalmente imposible. Por eso vamos a convocar a todos los movimientos populares a construir un espacio político, social y cultural que discuta el modelo de país para enfrentar la concentración económica y superar los problemas estructurales que tiene la Argentina.
Ni el mercado ni el Estado resuelven todo. Es con el Estado, el mercado y la comunidad organizada.
#EconomiaPopularEsTrabajo