La designación de Gerardo Werthein como Canciller y de Francisco Tropepi como embajador ante la ONU parecían ser un claro mensaje de alineamiento extremo con Estados Unidos e Israel. Sin embargo, Argentina tuvo dos votaciones en las que no acompañó a estos países, una de ellas tomando la misma decisión diplomática que Rusia y China. En rigor, a Diana Mondino la echaron por menos de lo que mostró el Ministerio de Relaciones Exteriores este lunes.
Este lunes la Argentina fue noticia en todo el mundo. No fue ni por Messi ni por Wanda Nara, sino por un papelón en la Asamblea de las Naciones Unidas. Allí se votó un proyecto de resolución en favor de los derechos de las comunidades indígenas, el cual tuvo el apoyo de todos los países del mundo, excepto de ocho. Siete de esos ocho se abstuvieron, mostrando respeto por el consenso global en lo que se votaba. Sin embargo, uno votó en contra.
Es voto en contra no tiene fundamentos diplomáticos, ya que el documento fue redactado en consenso. Sin embargo, a diferencia de lo que suele hacer Javier Milei en el plano internacional, tampoco parece tener fundamentos ideologicos: Estados Unidos e Israel, los dos países con los que el Presidente quiere tener relaciones intimas, votaron a favor del proyecto.
Así, Argentina hizo un papelón a nivel global (como hubiera hecho si Diana Mondino votaba con Estados Unidos e Israel a favor del bloqueo a Cuba), pero si ningún beneficio político.
Este fue el estreno de Gerardo Werthein como Canciller y de Francisco Tropepi como embajador ante la ONU, dos hombres que llegaron uno de la Embajada de EE.UU. y otro de la Embajada de Israel. Gran gesto de entendimiento diplomático hacia estos paises.
Sin embargo, no fue la única anomalía. Horas más tarde, Argentina votó a favor de una resolución presentada por Rusia, cuyo eje era el combate contra expresiones nazis. No solo sorprendió esto, sino también que el país de Milei haya votado alineado con China, que votó a favor, y no con Estados Unidos y Ucrania, que votaron en contra.
¿Puede ser una confusión de botón? Lo que si pudo haber sucedido es algo que viene pasando desde que Werthein y Tropepi asumieron sus puestos, y es que Argentina navega en aguas solitarias en el plano diplomático.
Si bien las señales enviadas a EE.UU. e Israel son múltiples, no son respondidas de la manera en la que quisiera el país sudamericano. De hecho, las señales enviadas a Mar-a-Lago son prácticamente ignoradas. Esto se debe a que no hubo una comunicación solida entre los equipos de Trump y Milei aún. Así, el Presidente argentino viajará a Estados Unidos esta semana con el objetivo, literalmente, de cruzarse al magnate en un pasillo, ya que no tienen reunión pre agendada.
La posición ideológica de Argentina es clara. Sin embargo, sus acciones y, principalmente, su falta de acuerdos con quienes forman parte de ese bloque ideológico, hacen que en el plano diplomático se muestre una indecisión peligrosa.