
Los allegados a la vicepresidenta explican que, aunque no pudo ir a Tucumán debido a su estado de salud, Villarruel estuvo al lado del Presidente en el palco el 9 de Julio en un día gélido. “Al no haber ido a Tucumán pudo estar al otro día, pero no estaba del todo curada”, responden, antes de agregar que su presencia en el palco sobre la avenida del Libertador le llevó a tener que suspender su agenda de la tarde del último miércoles debido a una recaída.
La Vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel buscó aclarar que no hay tensiones en su relación personal y política con Javier Milei por lo que envió este mensaje a través de sus cercanos: “Quiero dejar claro que lo del lunes (en referencia a la vigilia en Tucumán) no fue una venganza; estaba realmente enferma”. Según los allegados de la vicepresidenta, la relación entre ambos es «muy buena» cuando se les pregunta sobre el vínculo con el jefe del Estado.
Sin embargo, los rumores de cortocircuitos que periódicamente surgen en la fórmula presidencial se debería a dos personas: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el controvertido y cada vez más poderoso asesor Santiago Caputo.
“Ella con Javier se lleva bien; es más, te diría que se llevan muy bien. El problema es el entorno”, es la frase que se repite constantemente en el entorno de Villarruel cuando se indaga sobre los episodios que parecen mostrar una supuesta lucha por el poder entre el Presidente y la vicepresidenta en un Gobierno que, de por sí, es bastante peculiar en sus modos y prácticas políticas.
Desde la perspectiva dominante en el primer piso del Senado, donde está el despacho de la vicepresidenta, los supuestos conflictos con la Casa Rosada se deben a la intolerancia de la hermana presidencial y del asesor estrella del Gobierno.
“Karina y Caputo consideran que todos tienen que opinar como ellos”, es la queja que se escucha en el despacho de un senador oficialista. “Y lo que más les molesta es que todos están a tiro de decreto, menos ella”, agrega el legislador, aludiendo a que Villarruel se encuentra fuera del alcance de las represalias que el dúo más poderoso del Gobierno libertario suele tomar y que, aunque no todas se les pueden adjudicar a ellos, ya ha eyectado del Poder Ejecutivo a 52 funcionarios de distintos rangos.
Por lo pronto, la vidriera política muestra a Milei y Villarruel pasando del amor al odio en cuestión de días, al menos en lo que a imagen pública se refiere. Así, al supuesto desplante de la vicepresidenta en la firma del “Pacto de Mayo” en Tucumán le siguió, al día siguiente durante el desfile por el Día de la Independencia, una foto de la pareja montada en un tanque argentino mediano, disfrutando como niños en un parque de diversiones.
Entre los colaboradores de la vicepresidenta, reconocen que hay serios y verdaderos cortocircuitos con Karina Milei y Caputo, aunque también se quejan de lo que consideran una exageración mediática que interpreta cualquier gesto de manera política y siempre con connotaciones negativas.
En la primera columna anotan el episodio de la foto del acto en conmemoración de los policías caídos en cumplimiento del deber, el 2 de julio pasado. “Distribuyeron cuatro fotos: en tres no estaba Villarruel y en la cuarta se la ve entrando al palco para dejar en claro que llegó tarde”, afirma un colaborador que acompañó a la vicepresidenta durante esa jornada y que reconoce que hubo una demora de apenas un par de minutos con relación al cronograma pactado. “No la esperaron porque a Karina no le gusta esperar”, acusan.
Es más, para demostrar la intencionalidad de la jugada, cuentan que durante la ceremonia hubo un momento muy emotivo cuando, después de dejar juntos una ofrenda floral, el Presidente y la vicepresidenta volvieron caminando abrazados. “El fotógrafo de Presidencia tuvo la toma de frente, perfecta, hermosa. Se las pidieron varias veces. ¿Pensás que nos respondieron? Nada”, se queja, con amargura, un colaborador de Villarruel.
En la misma línea, mencionan otras acciones de la Casa Rosada que también causaron molestias. En esa lista incluyen las polémicas por los aumentos de las dietas de los senadores y el rechazo en el Senado del DNU 70/23. “Ella siempre avisó. ‘Miren que se viene esto’ o ‘va a pasar tal cosa’, y después armaron escándalo como si no supieran de qué se trataba”, afirma. Lo que más irritó fueron los ataques en las redes sociales, terreno en el que Caputo se mueve como pez en el agua y que suele usar como plataforma para sus operaciones de desgaste.
Aunque sin demasiadas certezas, en el entorno de Villarruel ubican el origen del malestar de Karina Milei en un acto que la entonces candidata encabezó en el barrio de la Recoleta durante la campaña para el balotaje. En ese acto, el 14 de noviembre del año pasado, aparecieron unas pancartas con un logo inédito hasta entonces: una V rosa sobre fondo azul y la leyenda Victoria Villarruel; es decir, sin mención a La Libertad Avanza, la coalición que terminaría llevando a la fórmula que integraba con Milei a lo más alto del poder en la Argentina.
En la otra columna, la de los gestos supuestamente magnificados por los medios, quienes frecuentan a la vicepresidenta ubican la decisión de Villarruel de no asistir a la vigilia en la Casa Histórica de Tucumán para la firma del acuerdo entre el Gobierno nacional y 18 gobernadores de todas las fuerzas políticas.
En el primer piso del Senado juran y perjuran que la vicepresidenta estaba enferma y recuerdan que ya había faltado a la sesión del jueves anterior debido al mismo estado gripal. Al respecto, cuentan que la decisión de no volar a Tucumán se tomó por consejo médico y que se concretó sobre el filo de la hora de partida del avión justamente porque la idea fue esperar hasta el último momento para ver si había alguna posibilidad de viajar.