
La candidata a vice se sintió excluida en la decisión de aliarse con un referente histórico de la casta a la que combaten. Esto despertó la interna con Karina, una de las promotoras de la moderación del libertario. El estado Zen que preocupa a Villarruel.
En el último debate presidencial, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, acusó a su rival de La Libertad Avanza, Javier Milei, de estar “dentro de la casta” por su alianza con el histórico sindicalista y dirigente peronista Luis Barrionuevo. Y los elogios cruzados entre ambos.
Esta nueva alianza del libertario, sumado a la moderación de su discurso en el tramo final de la campaña, le generó internas dentro de su propio frente.
La principal voz díscola partió de su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel. “No lo conozco (a Barrionuevo), no he estado en ninguna reunión con él. Me incomoda, por supuesto, como a cualquier persona en un país donde no hay agremiación libre”.
“Lo sumaron para fiscalizar, estimo que en un país donde la matriz sindical es tan fuerte y tiene hipotecado nuestro futuro, en un momento tenés que hablar con ellos también”, agregó.
Javier Milei reconoció este lunes por primera vez su alianza con Barrionuevo, que conduce el gremio de los gastronómicos desde 1979, cuando llegó al poder de la mano del gobierno militar como delegado normalizador. Cuando en Radio Mitre le preguntaron por este acercamiento, Milei explicó: “Todos los que quieran hacer una nueva Argentina son aliados”.
Detrás de esta alianza, surge un pacto de financiamiento y fiscalización electoral a cambio de que el gastronómico tenga injerencia en una eventual gestión libertaria. Barrionuevo le prometió a Milei cubrir 11 distritos para cuidar la boleta de La Libertad Avanza.
Los dichos de Villarruel fueron un mensaje directo para el círculo íntimo del candidato. Karina Milei es la jefa de campaña de su hermano. Fue una de las promotoras de esta nueva cara del candidato libertario. Abrazó el “estado Zen” que eligió para el segundo debate y avaló el acercamiento con Barrionuevo.
Villarruel se sintió excluida de esta decisión de campaña de acercamiento con un referente histórico de la casta.
“No me interesa un cargo, sí tener un presidente amigo”, justificó el gremialista, quien ya no tiene peso en el ajedrez interno de la CGT. Sobre esto último, Villarruel opinó: “En un país donde la matriz sindical es tan fuerte y tiene hipotecado nuestro futuro, tenés en algún momento hablar con ellos también. Cuando esté en el Senado voy a tener que hablar incluso con personas con las que no quiero hablar, pero porque ya no me represento a mí sino al pueblo argentino”, concluyó.