Julieta Lasso y Dante Spinetta fueron los otros grandes ganadores de la velada. Bizarrap fue premiado por su sesión junto a Quevedo en el rubro mejor canción de música urbana, Los Pericos por su disco «Viva Pericos» en el rubro reggae, y Bandalos Chinos al mejor disco de música pop.
Trueno consolidó este martes por la noche el dominio de los ritmos urbanos en los reconocimientos que suele realizar la industria musical local al alzarse con el Gardel de Oro por su disco «Bien o mal» en la 25º edición de los Premios Gardel que se entregaron en una ceremonia realizada en el Movistar Arena, del barrio porteño de Villa Crespo.
El sucesor de Wos como máximo vencedor en estos premios también se hizo acreedor de la estatuilla a la Grabación del Año por el tema «Argentina» junto a Nathy Peluso, a Mejor Disco de Música Urbana y a Mejor Colaboración por su participación en el tema «Sudaka» de Dante Spinetta, el otro gran ganador de la velada con cuatro reconocimientos.
Con su disco «Mesa dulce», el ex Illya Kuryaki and The Valderramas se alzó con el galardón a Productor del Año, Ingeniería de Grabación y Mejor Canción de Rock por «El lado oscuro del corazón».
“Ser parte de la genética de la música urbana es un honor para mi“, había manifestado sobre el escenario Dante al recibir la estatuilla por el tema «Sudaka», en tanto que a su lado Trueno lo elogió al definirlo como «uno de los mejores mentores del hip-hop en la Argentina».
Dante Spinetta: «De mis padres aprendí a ser parte de una resistencia cultural»
El músico celebró su reconocimiento como productor musical en los Premios Gardel y revindicó el legado que su padre, Luis Alberto Spinetta, le marcó como artista que desde la «resistencia cultural» hace lo que «cree que hay que hacer» más allá de las «tendencias» de la industria.
En conferencia de prensa, dijo estar «encantado» por el premio que reconoce su labor como productor musical de sus propias obras: «Es un premio que me encanta porque le pongo mucho trabajo y énfasis a la producción, al diseño de las texturas y los sonidos, al estudiar las épocas y al saber qué se usaba en cada disco».
«Es un mundo muy investigar de la producción, el jugar con las texturas. Así que ganar este premio de productor es una locura para mí, porque siempre flasheo con la producción y a veces no se repara en ese trabajo que vengo haciendo desde desde Illya Kuryakis, donde ya producíamos con Emma (Horvilleur) desde «Chaco» en adelante. Todos mis discos los produje yo» añadió Spinetta.
Los dos máximos ganadores de la noche de este martes organizada por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) sintetizaron el cruce generacional que marcó el pulso de esta nueva edición, en la que clásicos y nuevos referentes se repartieron las estatuillas.
Otra de las grandes ganadoras resultó ser Tini, quien si bien solo obtuvo una estatuilla fue a la Canción del Año por «La triple T», un rubro votado por el público a lo largo de la ceremonia conducida por Iván de Pineda, que inició a las 21 y se extendió por dos horas.
En el rubro rockero, David Lebón se quedó con el premio al Mejor Disco por su producción «Lebón & Co. 2» y Eruca Sativa obtuvo lo propio en la terna grupal por «Dopelganga», además se hacerse acreedor de la estatuilla al Mejor Video Clip Largo por «Seremos primavera en vivo en La Ballena Azul».
Además, Divididos se coronó como el Mejor Álbum en Vivo por «Tilcara. El Recital» y A.N.I.M.A.L. como mejor Álbum de Rock Pesado por «Íntimo extremo. 30 años».
Los Pericos triunfaron en el apartado reggae, Bandalos Chinos dentro del pop, Julieta Laso destacó en el tango con dos galardones y Bizarrap en la Mejor Canción Urbana por su sesión junto a Quevedo.
Entre los clásicos, León Gieco dijo presente al vencer en el rubro Mejor Álbum de Canción de Autor por «El hombrecito del mar»; Fito Páez en el rubro Mejor Disco Conceptual por «Futurología Arlt» e Invisible regresó del pasado para imponerse con su cinta en vivo de 1975 en el Teatro Coliseo como Mejor Colección de Catálogo.
Durante la ceremonia realizada en el Movistar hubo actuaciones en vivo de Los Fabulosos Cadillacs; León Gieco, quien ganó el premio al Mejor Álbum de Canción de Autor por «El hombrecito del mar»; Trueno y Víctor Heredia; Amelita Baltar y Raúl Lavié, reconocidos por su trayectoria; Yami Safdie y Sol Paz; María Becerra; y el movimiento RKT, con L-Gante, La Joaqui, REI, Peipper, DJ TAO y Callejero Fino.
También estuvieron Yami Safdie y Sol Paz; María Becerra; Amelita Baltar y Raúl Lavié, quienes fueron reconocidos por su trayectoria; y un bloque RKT con L-Gante, La Joaqui, REI, Peipper, DJ TAO y Callejero Fino.
En el video homenaje a los músicos y personalidades relacionados con la actividad fallecidos en el último año desfilaron imágenes entre otros de Marciano Cantero, Carla Tintore, Atilio Stamponi, José Ángel Trelles, Alfredo Remus, Bin Valencia, Juan José Mosalini, José Luis Gozalo y Carlitos Balá, quien se llevó la ovación más fuerte de los presentes.
En tanto, horas antes de la ceremonia central, se entregaron 29 de los 48 premios en el Teatro Vórterix, en donde resultaron ganadores Gustavo Santaolalla; Los Palmeras; La Mosca, que extendió así la fiebre mundialista con «Muchachos»; y Benito Cerati, entre otros.
También hubo premios de reconocimiento a dos figuras centrales en la ingeniería de sonido dentro del rock argentino: Amilcar Gilabert y Mario Breuer.
Más allá de todo, la ceremonia principal careció de brillo y sorpresa, en parte porque como se mencionó antes, los números musicales transitaron por carriles previsibles, y también porque muchas figuras estuvieron ausentes a la hora de entregar o recibir premios.
Por caso, Wos, quien debía pasar su cetro de último ganador del Gardel de Oro a Trueno; y Tini, quien se impuso en el único rubro votado por la gente, el de Canción del Año, solo estuvieron presentes a través de videos grabados.
En tanto, Nico Occhiato y Andrés Giménez de A.N.I.M.A.L. colaboraron en la conducción de la gala, aunque no lograron imprimirle mayor dinamismo a una rutina que optó por ir al grano y abandonó así cualquier eventual suspenso y la consabida sorpresa.