Según datos del Frente Productivo Nacional, en lo que va del año ya cerraron más de 16.500 pymes en el país. A este dato se le suma el cierre de 10.000 kioscos y almacenes y con la pérdida de 160.000 puestos de trabajo en el sector.
La situación está vinculada a la continua contracción de la demanda interna, que golpea de lleno en las ventas de comercios minoristas y servicios. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) estima una caída del 13,2% en las ventas de comercios pymes, una cifra alarmante que refleja el impacto de la recesión sobre el consumo.
«Hoy tengo el orgullo de decirles que ese intervalo de dolor terminó. La recesión terminó. Estamos saliendo del desierto, el país finalmente ha empezado a crecer», había dicho Milei ante la Cámara Argentina de Comercio
«El Estimador Mensual de Actividad Económica encontró su piso en abril y ya en agosto que es el último dato disponible se encontraba prácticamente igual al de diciembre, esto nos lleva a suponer que dado el veloz avance de la economía en septiembre y octubre que ya hemos superado dicho valor.», completó.
Más allá de la alegria del presidente por algunos datos, la realidad para las pequeñas empresas es diferentes y las políticas de importación podrían suponer un nueva «industricidio», así como sucedió durante el gobierno de Mauricio Macri.