Hugo Curto, Raúl Othacehé y Alberto Descalzo juegan su continuidad en el poder ratificando su pertenencia al kirchnerismo. El más beneficiado en el armado de listas es el intendente de Merlo. En cambio, Descalzo debe competir con una colectora de Nuevo Encuentro. En Tres de Febrero, las encuestas dan ventaja para el massismo y el oficialismo aceita el engranaje del “aparato”.
Por Elisa Rossi
En la lógica de la política que entiende de leales y traidores, tomar decisiones en el kirchnerismo tiene costos y beneficios. Algo que saben de sobra los intendentes del Conurbano necesitados siempre de obras públicas. En el caso del corredor oeste, resultan gráficos los ejemplos de Raúl Othacehé, mandamás de Merlo, Hugo Curto, intendente de Tres de Febrero, y Alberto Descalzo, de Ituzaingó.
Uno de los más beneficiados en el tablero electoral, sacudido con la incursión del massismo, fue el “vasco” Othacehé. Alejandro Urdampilleta, primer precandidato a senador de la primera sección por el Frente para la Victoria, es un hombre de su riñón. Además, en su distrito quedó al frente absoluto de la conducción del espacio.
Pero, sigue dando señales que no pierde las mañas. Fue señalado nuevamente como instigador de actos de violencia: se lo asoció al violento allanamiento a la casa del candidato del massismo Mauricio Canosa y desde el Frente PODEMOS denunciaron que una patota los intimidó en la calle.
La suerte parece más dispar para el jefe comunal de Tres de Febrero. Quedó cuarto el hombre que propuso para la senaduría provincial, el concejal Juan Debandi, y que además le costó una pelea con la UOM que “banca” a Raúl Torres; de hecho, Curto perdió parte del apoyo gremial histórico, tanto con los metalúrgicos como con los municipales.
Dejó entrever hace rato su preferencia por Scioli, posición que lo deja hoy bien parado. En campaña se convirtió en un frecuente acompañante de la comitiva que rodea a Insaurralde. En cambio, en el plano local en vez de apelar a los actos, el oficialismo optó por el “aparato”; abundan las mesas ofreciendo información de los padrones y es un hecho el reparto de boletas puerta a puerta, quizá en más de una pasada. Asimismo es de esperar un gran despliegue el día de las primarias.
El fantasma del massismo ronda a un oficialismo que gobierna hace 22 años y que apela otra vez al apellido Curto en la nómina. En una encuesta que se conoció en las últimas horas, el líder del Frente Renovador tiene una intención de voto del 33% y el lomense 21%. Esto ocurre en un momento de evidente agotamiento de la gestión.
También en este distrito siguen firmes las prácticas intolerantes. El Frente de Izquierda denunció que integrantes de la agrupación La Gaspar Campos (de Debandi) golpearon a militantes que pegaban afiches. A algo similar hizo referencia Roberto Rocha, el primer precandidato a concejal del Frente Renovador de Ituzaingó, quien en el acto de lanzamiento de la boleta habló de “aprietes”.
Casualmente, en territorio de Alberto Descalzo hay también un avance del massismo que pone nervioso al gobierno local. El titular de la FAM bonaerense, de aceitada relación con varios funcionarios nacionales, no pudo evitar – como fue el caso de Othacehé - que Nuevo Encuentro le arme una colectora.
Por eso recurren a apoyos de habituales adversarios. Salieron recientemente a avalar las candidaturas encabezadas por Pablo Piana los miembros del interbloque kirchnerista ex Nuevo Encuentro. Además, existen fuertes trascendidos que apuntan al fomento del corte de boleta. Algo que si ocurriera y fuera detectado dejaría al intendente en una posición incómoda con el kirchnerismo.