
El Gobierno se prepara para las sesiones extraordinarias del Congreso, pero enfrenta resistencias de la oposición y divisiones internas sobre temas clave como la eliminación de las PASO, la designación de jueces para la Corte Suprema y el debate del Presupuesto. Mientras tanto, las negociaciones avanzan con lentitud y aumentan las sospechas sobre la estrategia oficialista para forzar votaciones sin construir consensos reales
El próximo lunes darán inicio oficialmente las sesiones extraordinarias del Congreso, convocadas por el Poder Ejecutivo. No obstante, hasta ahora no se han logrado avances significativos en las discusiones de los principales proyectos promovidos por el oficialismo, entre los que destacan la propuesta para eliminar las PASO y la nominación de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para ocupar cargos en la Corte Suprema.
De acuerdo con fuentes de la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, extendió una invitación a los líderes de los bloques de diputados con los que mantiene una relación más cercana para una reunión en la sede gubernamental. Entre los convocados se encuentran Cristian Ritondo, representante del PRO; Rodrigo de Loredo, de la UCR; y Miguel Ángel Pichetto, de Encuentro Federal.
Desde el PRO confirmaron que la reunión está prevista para el próximo martes y remarcaron que su participación será exclusivamente para “escuchar” los planes del Gobierno. El bloque cambió su posición sobre la eliminación de las PASO tras la decisión de Jorge Macri de avanzar con su suspensión en la Ciudad de Buenos Aires y las recientes declaraciones de Mauricio Macri. No obstante, aún no ha definido una postura homogénea: mientras algunos integrantes impulsan su eliminación, otros solo proponen suspenderlas para este año. Además, persisten las dudas en torno a la reforma política más amplia, que incluye modificaciones en el régimen de financiamiento de los partidos políticos.
Rodrigo de Loredo, líder del bloque radical, continúa de vacaciones, y la conducción del espacio explicó que durante el fin de semana analizarán las propuestas a presentar en la reunión del martes. Por ahora, las discusiones sobre la agenda han sido meramente informales.
Las negociaciones oficiales se iniciarán la próxima semana, dejando escaso tiempo para el trabajo en comisión y las sesiones. Dado que las sesiones extraordinarias concluyen el 21 de febrero, la falta de esfuerzo del oficialismo por construir consensos previos genera inquietud entre los sectores dialoguistas. Los más escépticos sospechan que el Gobierno no pretende realmente ganar las votaciones, sino que busca montar un “espectáculo” para intentar “desenmascarar” a la oposición si rechazan sus propuestas. Este grupo señala que podría repetirse el escenario del debate del Presupuesto, donde hubo poca negociación, el proyecto fue rechazado y finalmente se prorrogó el plan de gastos de 2023 por decreto, lo que algunos consideran que fue la intención del Ejecutivo desde el principio.
En el bloque liderado por Pichetto adoptaron una postura menos favorable y anunciaron que no asistirán a la reunión programada para la próxima semana. El experimentado dirigente ha insistido reiteradamente en que los encuentros con el oficialismo deben realizarse bajo el marco formal del Congreso. Este jueves, Pichetto, junto con Emilio Monzó y Oscar Agost Carreño, se reunió con Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, para exponer su posición: las negociaciones deben llevarse a cabo en el Congreso, no en la Casa Rosada. Asimismo, insisten en que el Presupuesto 2025 sea incluido en la agenda de debates, una demanda que ya fue rechazada de manera categórica por el Ejecutivo.
La exclusión de la «Ley de Leyes» no solo incomoda a Encuentro Federal. También provocó críticas individuales entre legisladores de la UCR, mientras que el PRO emitió un comunicado expresando su desacuerdo, lo que terminó alimentando tensiones internas dentro del propio espacio.
En el ala más confrontativa, la Coalición Cívica, los radicales disidentes de Democracia para Siempre y Unión por la Patria han advertido con vaciar el recinto si no se discute el Presupuesto.
Por otro lado, el Gobierno mantiene en estricta reserva la versión revisada del proyecto de Ficha Limpia. Ni siquiera sus aliados dentro del PRO conocen el contenido. Se especula que el texto, redactado por el ministro de Defensa, Luis Petri, con la colaboración del constitucionalista Alejandro Fargosi, podría incluir una disposición que habilite la candidatura de Cristina Kirchner en las elecciones de octubre. De confirmarse, esta maniobra abriría un nuevo frente de conflicto con bloques como la UCR y la Coalición Cívica, que respaldaron en noviembre la versión que prohíbe postularse a cargos nacionales a quienes tengan condenas por corrupción.
Los reclamos que el peronismo dejó entrever como condición para avanzar con la designación de Ariel Lijo tampoco obtuvieron una respuesta clara del oficialismo. Al menos, no de manera pública. Desde la bancada de Unión por la Patria, que cuenta con 34 votos cruciales en el Senado —donde se requiere una mayoría de dos tercios—, señalaron que su apoyo está condicionado a una discusión más amplia que incluya no solo el nombramiento de una jueza mujer, sino también una eventual ampliación de la Corte Suprema y la designación del Procurador General.
Mientras tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se trasladará mañana a Córdoba para asistir al festival de Jesús María. Este evento le brindará la posibilidad de mantener conversaciones informales con legisladores de los tres bloques cuyos votos son necesarios para lograr el quórum y dar inicio a las sesiones.