La secretaria general de los textiles (Delegación Noroeste) explicó a LaNoticiaWeb la realidad de las industrias del distrito, y la importancia de los subsidios y las asistencias brindadas desde los distintos gobiernos.
LaNoticiaWeb entrevistó a la secretaria general de la Asociación Obrera Textil – delegación Noroeste, María Victoria Olalla. Según relata la titular del gremio, no hubo despidos en el rubro pero sí suspensiones.
¿Cómo se vive desde el sindicato a la pandemia?
Nuestro gremio estuvo paralizado, en su momento, a partir de marzo. Después abril, mayo y junio. En julio empezaron algunas industrias a trabajar. El intendente de San Martín y Kicillof entendieron que había que darle más aire a las industrias. Después volvieron los contagios y volvimos un poquito a foja cero. Acá algunas industrias nunca pararon, por ser esenciales, como las que hacen algodón, gazas, vendas y otros insumos hospitalarios. Las que pararon fueron las industriales, las que hacen telas y frazadas. Hace un mes y pico volvimos a trabajar otra vez. Casi el 90% de nuestra industria, con los protocolos correspondientes. Cada tres horas limpian las máquinas y cumpliendo el protocolo. Y el transporte está parado. Las fábricas que funcionan son las que pueden garantizar el transporte a través de micros o remises. Otros vienen en bicicleta o en moto. El tema financiero es tremendo. No hay mercado, no hay gente que consuma.
¿Hubo despidos?
No, por suerte no.
¿Suspensiones?
Sí, cobrando el 80% del salario. Desde el inicio de la cuarentena hubo trabajadores suspendidos, porque los empresarios no pueden pagarle el medio de transporte. Algunos viven en La Matanza y no pueden sincronizar un medio de transporte. Entonces a veces a la empresa le conviene no convocarlo y pagarle un 80% del salario.
¿Cómo fue la relación entre el gremio y los empresarios estos meses?
Gracias a Dios siempre tuvimos un diálogo muy fluido con todo el empresariado textil. Como gremio colaboramos en la Secretaría de Desarrollo Económico, pidiendo que nos ayuden para ponerle en funcionamiento las fábricas. El comienzo o no de la actividad dependía de la Municipalidad. Tuvimos ese acompañamiento, ellos hablaron con nosotros y con los empresarios. El diálogo siempre fue bueno. También estuvo el gobierno nacional, que ayudó con el 50% del salario de la gente, los que trabajan o no. El Estado nacional está muy presente. Y también está presente en el decreto de prohibición de los despidos, ahora hasta el 31 de octubre.
¿La ayuda del Estado fue significativa?
Si. Si bien hay fábricas muy mal, hay también una gran ayuda del Estado. Un Estado que subsidia a las empresas para el pago de salarios. La idea es no despedir gente en cuarentena, porque los condenás al hambre absoluto. Si con el 50% no se puede vivir, imaginate sin salario.
¿Cómo analizás el papel que cumplió el movimiento obrero?
El papel del movimiento obrero siempre fue el del diálogo. Daer, los secretarios de la confederación, tuvieron varios encuentros con el Presidente para acompañar al gobierno en estas decisiones. Mucha gente está en desacuerdo en la forma que el gobierno aplicó la cuarentena. El presidente dijo que iba a priorizar la salud, pero siempre planteando que también existía la cuestión económica. Y ahí entró el decreto antidespidos, el cobro del 50% del salario. La CGT, el gobierno y los empresarios siempre mantuvieron mucho diálogo. Después están los anticuarentena que hinchan por todo. Estoy de acuerdo con el trabajador informal, que no le queda otra, sale a trabajar y rompe la cuarentena, porque no tiene ingresos de ningún modo. Pero hay gente que va a Plaza e Mayo a reclamar porque no puede correr. Es insólito. Lo que logramos ver es que los países que decían ser las potencias (EEUU, Brasil, Alemania, España, Italia, Francia) priorizaron la economía y no la salud, y les estalló la economía igual. Y además tuvieron miles y millones de infectados y muertos. A las potencias les estalló la bomba de Hiroshima en una mano y en la bomba de Nagasaki en la otra.
¿Cómo ves el accionar del Municipio y el cansancio social?
El cansancio está en todos lados, en el país, en el mundo. Nos afectó a todos, al mundo entero. El cansancio es relativo, es individual. El Estado municipal está absolutamente presente. No solo para nuestro sector industrial, como te conté antes, sino en todos los sectores. A mi hermana, que se contagió, le llevaron alimentos para toda la semana, para que tuvieron que salir de su casa. Todo lo que necesitaba, se lo llevaban, así no tenía que salir nadie, por prevención. Lo mismo pasó en los comedores y merenderos, donde los padres van a buscar las viandas y la bolsa de mercadería. El Estado municipal y provincial jamás le sacó la mano a nadie. Lo mismo con la política sanitaria. Han hecho inclusivo el plan Detectar, yendo barrio por barrio a testear.