El 23 y 24 de abril se toma como fecha conmemorativa de este trágico acontecimiento histórico al que la Comunidad Internacional aún le debe una resolución firme. Aquí una brevísima reseña.
Por César Morielli
“La estratégica posición de la meseta de Armenia, cruce de caminos de las caravanas comerciales entre Oriente y Occidente, fomentó el interés de los pueblos que la rodeaban, y fue determinante que haya sido conquistada sucesivamente por persas, macedonios, romanos. Más tarde fue la dominación bizantina y luego la árabe. Hacia mediados del siglo XI aparecieron en la región los selyúcidas, nómades mongoles del Asia Central, luego los tártaros y más tarde los turcomanos.
Entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, la región este de Armenia se convirtió en área de conflicto entre los turcos otomanos, los persas y los rusos”. Extraemos estas líneas de la www.genocidioarmenio.org, con la utópica intención de explicar en un puñado de palabras la genealogía del territorio donde se produjo uno de los mayores y más trágicos genocidios de la historia de la Humanidad.
”Los primeros pasos los dio el sultán Abdul Hamid (1876-1909). Entre 1884-1896 fueron masacrados aproximadamente 300.000 armenios. Hamid fue derrocado y el poder pasó a manos de los Jóvenes Turcos” y, en principio todo se asemejaba a la Paz.
”En el nuevo orden elaborado por los Jóvenes Turcos, los armenios constituían un obstáculo. La Primer Guerra Mundial facilitó la concreción de su objetivo: transformar un imperio heterogéneo en un estado homogéneo fundado en el concepto de un pueblo, una nación. Una de las metamorfosis más inesperadas y trágicas de la historia contemporánea armenia fue el proceso que se desarrolló de 1908 a 1914, durante el cual los Jóvenes Turcos se transformaron en nacionalistas extremos, ávidos de crear un orden nuevo y de suprimir la cuestión armenia, eliminando al pueblo armenio" (Richard Hovannisian, "La question arménienne").
Del 23 al 24 de Abril de 1915 (se toma esta fecha como conmemorativa a pesar de que a masacre se extendió durante años, antes y después) fueron detenidos, deportados a Anatolia y asesinados unos 650 dirigentes armenios de Constantinopla. A partir de entonces, se dio la orden de deportación de la población civil, desde las zonas de guerra en el Cáucaso, hacia los centros de reinstalación, en los desiertos de Siria y Mesopotamia. El esquema de arresto y asesinato de los líderes y de los hombres mayores de 15 años, así como la deportación del resto de la población -mujeres, ancianos y niños-, hacia los desiertos de Siria, se repitió en todos las localidades armenias.
Esta larga marcha, que para muchos fue el camino hacia la muerte, era acompañada de violaciones, torturas y robo de lo poco que llevaban consigo los deportados. Los pocos que lograron sobrevivir, fueron trasladados a distintos puntos del Medio Oriente donde el hambre y las epidemias hicieron su parte.
La emigración de los armenios fue casi total. De 2.100.000 almas en el Imperio Otomano, en 1912, de acuerdo con las estadísticas del Patriarcado Armenio de Constantinopla, se pasó a 77.435 en 1927.
A pesar de la política de negación que encaró el gobierno turco, sobre todo a partir de 1920, los archivos europeos y americanos, así como el análisis de los hechos a partir de los testimonios de los sobrevivientes, demuestran que el Genocidio armenio fue un hecho premeditado, destinado a la eliminación del pueblo armenio por no renunciar a la preservación de su cultura”.
Fuente: www.genocidioarmenio.org