
Las diferencias entre el expresidente y el exalcalde porteño parecen ir in crescendo. La estrategia del fundador del espacio amarillo para dejarlo afuera del partido.
El PRO está en un momento de definiciones respecto a cuál es la verdadera posición frente al Gobierno nacional de La Libertad Avanza (LLA): si una especie de co-gobierno, una oposición responsable o un desprendimiento en el Congreso del oficialismo. Pero esa definición no es inocua, sino que trajo consecuencias internas que generaron una grieta.
El arribo de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, no se dio en el marco de un acuerdo entre los dos espacios -más allá del encuentro entre la funcionaria, Mauricio Macri y el presidente, Javier Milei, antes del 10 de diciembre-, sino que fue una apuesta personal de la dirigente para asumir nuevamente en la cartera que supo conducir durante el Gobierno de Cambiemos.
No contó con el aval de Macri que, enfurecido por la decisión de haberse «cortado sola», tomó cierta distancia del presidente Milei y de Bullrich que, semanas después en un programa de televisión conducido por Viviana Canosa en LN+, le dijo a la periodista: «Yo no me someto a MM (por Mauricio Macri)». Pero la posterior postura del PRO en la ley ómnibus y las propuestas del Gobierno acrecentaron las diferencias internas.

Y en las últimas horas, uno de los dirigentes que abrió más esa herida es el ex jefe de Gobierno porteño y exprecandidato a presidente del espacio, Horacio Rodríguez Larreta, aislado de los otros referentes, que dijo que Mauricio Macri le quiere «entregar el PRO» a Milei. «Todas las declaraciones, todas las actitudes van en esa dirección», dijo. «Y yo lo digo, estoy en contra de entregarle al PRO a Milei, llámese fusión, co-gobierno o como quieran llamarlo», agregó.
Esta definición que dio el exalcalde porteño no cayó bien en las filas macristas. El expresidente explotó de la ira y en un mediano plazo buscará que Larreta abandone el partido. No lo echará, pero actuaría para que quede aislado. «La idea es que se vaya solo. Echarlo va a ser un problema, bah, un escándalo innecesario. Tenemos que presionar», dijo un dirigente del círculo de Macri al portal Perfil sobre la situación.
El miércoles en radio Splendid AM 990, el exministro de Cultura, Pablo Avelluto, expresó: «Expulsar a los que se desvían del rumbo que el partido toma es estalinista. La identidad de inicio del PRO tiene que permanecer. Tiene que haber diálogo. Uno es lo que es. Si cambian, están en todo su derecho. No creo en esas posiciones de que si estás en contra te tenés que ir».

Todo se encamina a que Macri asuma la presidencia del partido. En ese marco, el vicepresidente del PRO, Federico Angelini, dijo que, si Larreta «no se siente identificado con eso, es lógico que no sea parte». «Horacio está solo en esta. Sus aliados se despegaron. Es difícil que lo sigan. Fijate que pocos salieron a defenderlo», agregó una diputada que responde a Macri al mismo medio mencionado anteriormente.
A poco de que se defina la presidencia del PRO, Macri tuvo una foto con dirigentes y presidentes del partido de todo el país. Le avisó a Bullrich, mediante intermediarios, que la alianza entre ellos debe encaminarse, pero no tiene intenciones de contar con Larreta. Las diferencias entre este y Milei, más el acercamiento de Macri con el actual presidente desde hace unos años, hace incompatible la relación política entre el ex jefe de Estado y el exalcalde porteño.