Acto seguido, aseguró que «la gente que los esté mirando va a pensar: ‘¿Cómo puede ser que están negándole la facultad a un Presidente, que se les dan absolutamente a todos, porque les cae mal que les haya dicho ratas?. Después sí les habló, y creo que tampoco les gustó».
«Dicen que les preocupan los pobres y la verdad que lo que quieren es multiplicarlos. No hay nada peor para el pobre que el impuesto inflacionario», lanzó.
Luego, Lemoine consideró que el kirchnerismo y la «izquierda pura» se dedican a «tratar de convencer a la gente, con resentimiento y mentiras, que las dádivas de los políticos son la solución a sus problemas».
«La dádiva no saca de la pobreza: lo que saca de la pobreza es el trabajo, la planificación de la vida personal de cada uno, una economía creciente, una interacción con el mundo, el RIGI», sostuvo.
«Una de las cosas que impide que el empresario, las pymes y los comercios tomen más empleados es el terror a quebrar por tomar un trabajador en blanco. Para romper el círculo vicioso del terror de no conseguir un trabajo o de perder el negocio familiar por un juicio mal hecho es que es necesaria está reforma laboral», amplió.
Además, adelantó que «trabajarán por las reformas que quedaron en el camino», sobre todo en 2025, cuando el kirchnerismo «ya no pueda simplemente oponerse por capricho y porque ideológicamente no les gusta nada».