En la aceptación formal de su candidatura a la Casa Blanca, la actual vicepresidente de Estados Unidos polarizó con su adversario republicano, Donald Trump.
La vicepresidente de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, aceptó la nominación del partido para competir electoralmente y buscar llegada a la Casa Blanca. La dirigente disertó durante 40 minutos y no solo habló de bajar impuestos a la clase media e incluso del aborto, sino que criticó duramente a Donald Trump, defendió al presidente, Joe Biden y habló de su historia personal.
En un país profundamente dividido o bipartidista, Harris ensayó un llamado a la unidad para ampliar su coalición de votantes con la promesa de ser un presidente «para todos». «Sé que esta noche hay personas de diversas opiniones políticas que nos están viendo. Y quiero que sepan: prometo ser una presidenta para todos los estadounidenses», expresó.
«En nombre de todos cuyas historias solo pueden escribirse en esta gran nación, acepto su nominación para ser presidenta de Estados Unidos», declaró y así puso punto final a dos meses turbulentos para los demócratas, que comenzaron con la actuación de un avejentado Biden en el debate presidencial del 27 de junio.
La candidata demócrata levantó a los presentes en este cónclave político al grito de «no vamos a volver atrás», en referencia al único mandato que Trump ha pasado en la Casa Blanca entre 2017 y 2021 y que, ahora, quiere reeditar con una nueva victoria electoral.
«Sabemos cómo sería un segundo mandato de Trump«, le apuntó Harris a su adversario republicano para luego rematar: «La suma total del poder, sería llevar al país de nuevo al pasado pero no vamos a retroceder». Harris le agradeció el respaldo a Biden, y reconoció su atípica nominación.
«Con estas elecciones, nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado. Una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante. No como miembros de un partido o facción, sino como norteamericanos», afirmó.
Harris remarcó que esta elección es «una de las más importantes de la vida de Estados Unidos» y afirmó que «Trump es un hombre poco serio pero las consecuencias de su regreso a la Casa Blanca serían muy serias». «Ahora fue declarado culpable de un nuevo conjunto de crímenes, fue declarado culpable de fraude y de abuso sexual», recordó y luego se preguntó: ¿Qué haría si le damos poder de nuevo?».
«Consideren su intención explícita de liberar policías violentos que atacaron a los policías en el Capitolio, su explícita intención de cancelar periodistas, oponentes políticos y cualquiera que vea como enemigo; consideren su intención explícita de largar a nuestro ejército contra los ciudadanos, consideren el poder que tendrá especialmente luego de que la Corte Suprema reglamentó que será impune al procesamiento criminal», añadió.
Las últimas encuestas parecen darle la razón al entusiasmo del oficialismo: la popularidad de Harris dio un salto desde que se convirtió en la nueva candidata de los demócratas. Gallup le dio un respaldo del 47 % entre los norteamericanos en su último sondeo, el nivel más alto desde que juró como vicepresidente en enero de 2021. Y entre los demócratas registró un apoyo casi unánime: un 93% tiene una opinión favorable.
Harris quiso marcar un contraste con Trump cuando faltan apenas 74 días para las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
En su discurso, prometió recortes de impuestos a la clase media, trabajar por una ley que devuelva las protecciones al aborto, resucitar un proyecto de ley fronterizo bipartidista que restringía el acceso al asilo, apoyado por Biden, y seguir invirtiendo en la Defensa para tener «la mayor fuerza letal que del mundo».
«Imaginen a un Donald Trump sin límites y cómo usaría los inmensos poderes de la Presidencia de Estados Unidos, no para mejorar sus vidas, no para reforzar nuestra nación, pero para servir a su único cliente: él mismo», aseguró.