El Gobierno tuvo su veranito financiero en el mes de octubre: logró perforar los mil puntos del riesgo país; bajaron los dólares parales achichando aún más la brecha cambiaria; subieron bonos y acciones; acumuló más de 1200 millones de dólares de reservas en el Banco Central y continúa su marcada desaceleración, donde las consultoras privadas proyectan que para este mes será menor al 3,5 % de septiembre y que incluso podría ser menor a tres.
Hay euforia en La Casa Rosada. El Gobierno tuvo su veranito financiero en el mes de octubre: logró perforar los mil puntos del riesgo país; bajaron los dólares parales achichando aún más la brecha cambiaria; subieron bonos y acciones; acumuló más de 1200 millones de dólares de reservas en el Banco Central y continúa su marcada desaceleración, donde las consultoras privadas proyectan que para este mes será menor al 3,5 % de septiembre y que incluso podría ser menor a tres.
Como si fuese poco, la confianza en el Gobierno subió más de 12% en octubre, según el índice de la Universidad Di Tella. Según el informe que se elabora mensualmente, “se acerca al promedio de confianza de la era Milei de 2,50 puntos durante los 11 meses de gestión”. Vale recordar que en el noveno mes del año las expectativas habían caído 14,8% respecto de agosto, atravesado por la discusión al veto de la ley que aumentaba la movilidad jubilatoria.
Como sea, Javier Milei sonríe. Incluso destacados economistas que supieron ser parte de la gestión anterior, destacaron los números que arroja la macroeconomía del gobierno libertario. Tal es el caso de Gabriel Rubinstein, quien supo ser secretario de política económica cuando Sergio Massa fue el ministro de Economía, durante el ocaso del gobierno anterior. «Han acertado en varios temas claves de la macro», indicó Rubinstein en sus redes sociales.
Como sea, la menor tasa de inflación, alimentada por la reducción del impuesto PAIS, la estabilidad cambiaria y el carry trade, ayudan a la mejora de las expectativas. Pero claro, esto último no deja de ser una timba financiera, tal como sucedió durante el gobierno de Cambiemos.
Y esa estabilidad financiera clave para contener el índice de inflación empieza a tener cierto correlato en la economía real, como en la mejora en los ingresos. No obstante, el consumo no repunta, las ventas en los supermercados están planchadas y octubre, anticipan fuentes del sector, puede mostrar la peor caída interanual de la serie.
¿Cuánto durará? es lo que se preguntan varios economistas en este veranito financiero que celebra la Casa Rosada.