Es Matías Aufieri, asesor del bloque del Frente de Izquierda y abogado en causas por DD.HH. Participaba de las protestas en el Congreso y fue reprimido por las fuerzas. Radicó una denuncia en la Justicia.
lLas escenas de la represión en los alrededores del Congreso mientras se trataba la ley ómnibus fueron elocuentes. La televisión captó un registro de cómo las fuerzas de seguridad aplicaron con dureza el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich, con bastón, gas pimienta y disparos de bala de goma. Y uno de ellos impactó en el ojo izquierdo de Matías Aufieri, un conocido abogado en causas por Derechos Humanos y asesor legislativo, que en las últimas horas radicó una denuncia penal con un duro relato donde contó cómo perdió su visión.
El testimonio es estremecedor. Aufieri, con el patrocinio legal de la abogada y diputada nacional Myriam Bregman, y del letrado Carlos Platkowski, denunció a Bullrich y a los jefes del operativo por abuso de autoridad. «No cabe duda que dentro del marco represivo más general que se dio en el lugar, en mi caso se trató de un hecho absolutamente intencionado. Fue una agresión ilegal y delictual con clara intención de lesionar mi integridad física», manifestó en la denuncia.
Minutos después de eso, cerca de las 21, Aufieri estaba en la plazoleta que está entre el Congreso y la plaza. Allí fue atacado -junto con el resto de los manifestantes- por un grupo de 30 policías federales en 15 motos. En ese momento, comenzaron a acelerar los motores para «producir un sonido intimidante o que provoque la reacción de los manifestantes que pacíficamente se encontraban allí».
Como ninguno reaccionó, según relató en la denuncia, «algunos de los policías que ocupaban el asiento de atrás de las motos comenzaron a arrojar gases (…) y otros a disparar con las escopetas a las personas que nos encontrábamos sobre la plazoleta referida».
El momento en que recibió un balazo en el ojo
«Disparaban a muy pocos metros de distancia y dirigían los disparos directamente a la altura del rostro de los manifestantes. Es así que un disparo de bala de goma impacta en mi ojo izquierdo produciéndome el estallido de mi globo ocular y la pérdida de visión del mismo«, narró la víctima en su denuncia.
Cuando recibió el impacto, inmediatamente se dio cuenta de que era grave por el dolor «intolerable» que tenía en su ojo, del cual comenzó a brotar un hilo de sangre. Así y todo, intentó buscar ayuda. Aufieri, malherido, necesitaba salir del lugar donde la policía seguía con su accionar.
«Retirarnos del lugar fue muy difícil. Los efectivos de la Policía Federal a bordo de las motos nos siguieron
atacando y disparando a quemarropa. Debimos arrojarnos cuerpo a tierra, pero aun así volvimos a ser impactado por balazos de goma. Esta vez fue Guillermo Ermili (quien lo acompañaba) el que sufrió el impacto en su espalda», comentó.
Después de eso arrancó un recorrido por clínicas hasta que lo atendieron en el Instituto de la Visión. «En dicha institución se me informa que la lesión era grave. Que el impacto de la posta me había dañado la córnea, el iris, con una hemorragia que se denomina de 360° y una catarata contusa. Que otras zonas del glóbulo ocular no podían ser revisadas por la cantidad de sangre que invadía el tejido del ojo», señaló, y agregó que por ese motivo le dijeron que se tenía que operar de urgencia.
Eso ocurrió luego de una serie de estudios. Los médicos debieron hacerse varios puntos de sutura para que cierre el ojo «ya que había empezado a colapsar».
El abogado acompañó su denuncia con videos de los canales de TV del momento en el que fue atacado y otros registros fílmicos.
A su entender, planteó que la Justicia debe investigar los delitos de lesiones graves o gravísimas y apremios ilegales junto con el abuso de autoridad del o los jefes del operativo y de la ministra de Seguridad, conductora política de las fuerzas. «Entiendo que los hechos por los cuales resulté gravemente herido deben investigarse en el marco de tres operativos completamente desmesurados», planteó.
La denuncia será investigada por el juez federal Julián Ecolini, en Comodoro Py.