
El Coordinador Nacional de Somos Barrios de Pie y funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se refirió en LaNoticiaWeb TV a la polémica que desató la vicepresidenta sobre la administración de planes sociales. Defendió el trabajo de las organizaciones y manifestó que le «causó mucho dolor porque Cristina es la referente máxima de quienes militamos en política con ideas nacionales y populares». Y agregó: «No me gusta esa dinámica que se naturalizó en el Frente de Todos, de criticarnos entre nosotros».
Daniel Menéndez es el Coordinador Nacional de Somos Barrios de Pie y se desempeña como Subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social. Dialogó con LaNoticiaWeb TV y se refirió a la polémica que desató la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner sobre la administración de los planes sociales.
¿Qué tenes para decir respecto a las expresiones de Cristina Fernández en la CTA?
Me parece que ya distintos dirigentes de organizaciones sociales han planteado una mirada que tiene que ver con la diferencia a la postura de Cristina. Desde el Peronismo entendemos que hay un valor en la comunidad organizada. Los movimientos y la militancia hacen un trabajo importante en la reconstrucción del tejido social. No compartimos miradas estigmatizantes o que limiten el enorme sacrificio de la militancia en la construcción de comunidad a la simple articulación con el estado a través de un plan social. Es una mirada de poco conocimiento con la cantidad de tareas que se realizan. Son discusiones, por un lado válidas, respecto a la universalización de las políticas sociales, donde necesitamos de todos los que tengan algo para aportar. A mí no me gusta esa dinámica que se naturalizó adentro del Frente de Todos, de criticarnos entre quienes somos parte del Frente. Desde esa premisa, me causó mucho dolor porque Cristina es la referente máxima de quienes militamos en política con ideas nacionales y populares. El tono en el que se expresó parecía despectivo. Eso causa dolor, más allá del debate de ideas y diferencias que son válidas, pero no son para plantear en un Plenario a la luz pública.
El “chino” Navarro planteó que Cristina estaba equivocada y que además quizás estaba mal informada sobre el trabajo de los movimientos sociales.
Son miradas que tienen distintos dirigentes sobre la situación. Creo que hay una diferencia en el rol que cumple la comunidad organizada y la militancia social del barrio. Me quedo con lo que entiendo es el punto de unidad en el Frente de Todos, y es que los Movimientos Sociales son parte de la solución y no del problema. La participación de la militancia social le aporta mucho al Estado, al Frente y a la gestión. La clase media se vincula a los barrios populares a través del GPS como lugares peligrosos. Hay desconocimiento, y eso construye una estigmatización que se asienta desde los sectores medios con una mirada de temor. Cuando hablo con vecinos de Caseros sobre lo que pasa en Ejercito de los Andes, tienen construida una imagen que es alejada de la realidad. Se debe a la fragmentación social que hay en Argentina y complica la construcción de comunidad organizada. El desafío es tener una mirada que reconstruya esos lazos, con solidaridad y en conjunto. Le hace muy mal también a la política que se para en esa fragmentación y miedo a los barrios populares, y fortalecen el individualismo y segregación.
Trabajas como Subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social que encabeza Juan Zabaleta, donde siempre dicen que buscan transformar planes en trabajo genuino en el sector privado.
Acompañamos al ministro Zabaleta en la firma de convenios, junto a cámaras patronales y sindicatos, para que el plan Potenciar Trabajo sea parte de la articulación con el empleo privado. Se está fortaleciendo también la producción en emprendimientos. Es un desafío estructural de la economía argentina. Depende del esfuerzo en políticas sociales dar una vuelta de página al subsidio y el plan social para avanzar en una integración productiva. Hay que ampliar lo máximo posible la capacidad productiva. Pero también hay que entender que hay 6 millones y medio de trabajadores formales, y 11 millones de autogestión. Hay que tener una doble política de ampliar el empleo formal y desarrollar la política social con una mirada productiva, que permita avanzar con un monotributo que articule ese desarrollo para vincular al estado, con crédito no bancario. Esas dos políticas de empleo formal y de empleo popular nos va a ayudar a construir un horizonte con una Argentina productiva.