
Se estima que este siglo se podría superar el umbral de 2°C que tiene como valor máximo pautado en el acuerdo parisino y ya se proyecta para las próximas dos décadas un aumento del 1,5° C en todo el planeta.
«Desde 1986 se viene advirtiendo el calentamiento a nivel global que puede llegar a ser irreversible», expresó James Hansen, científico de la NASA, en un congreso que se llevo a cabo en Estados Unidos.
A partir del 22 de abril de 2016, Día de la Tierra, quedó abierta la firma el Tratado de París en la sede de la ONU en Nueva York con la firma de 97 partes. Y a partir del 4 de noviembre de ese mismo año entró en vigor. Dicho pacto tiene como misión ir en búsqueda de la reducción en grandes proporciones la presencia de los gases de efecto invernadero a nivel mundial en futuras décadas.
Uno de los datos mas preocupantes se basa en las altas concentraciones de metano y óxido nitroso que se alcanzó en este último tiempo, arribando a uno de los valores más altos en casi toda la historia. Ésta unión de moléculas lo que genera es una captura de calor que luego no es dispersa en el espacio, lo cual termina favoreciendo al calentamiento de temperatura.
Según informes de Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos (IPCC) entre el 1% y el 37% de las emisiones globales provendrían de toda cadena agroalimentaria mundial. Mientras que alrededor de un 21 por ciento se explica por la actividad ganadera y un 5,8% por la agricultura realizada en base a transgénicos y agrotóxicos.
Uno de los principales objetivos que se busca poder cumplir en diferentes asociaciones y organizaciones activistas es buscar alternativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Miguel Taboada, científico del suelo y del clima de la Universidad de Buenos Aires expresa: «La producción ganadera debería realizarse mediante sistemas de pastoreo integrados, como los silvopastoriles, que ayudan a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero al capturar el dióxido de carbono en los árboles y el suelo».
Estos datos dejan prácticamente al descubierto lo lejos se nos encontramos del límite pautado de 2°C como máximo a alcanzar en temperatura a nivel global en las próximas décadas.
En diciembre de 2020, nuestro país se comprometió (en la Cumbre de Acción Climática celebrada a cinco años del Acuerdo de París) a no exceder la emisión neta de 359 toneladas de carbono en el año 2030. Sin embargo, varios son los diferentes fenómenos que proyectan un escenario muy adverso de cara a poder cumplir con los niveles a los que el país se compromete.
Durante el transcurso del 2021, se fueron activando diferentes focos de incendios que terminaron de provocar graves desastres forestales. Cabe decir que dichos fenómenos no son el único motivo que alienta el calentamiento climático, pero sin dudas los números que arroja son muestras claras del saldo que deja en el ecosistema.
El primero de los que mayor relevancia generó fue el que tuvo lugar en la Patagonia cuando Río Negro, Neuquén y Chubut se vieron sometidas en uno de sus peores incendios. Según el investigador del CONICET, Guillermo Defosse una causa principal fue la que ocasionó dicha catástrofe: «Hubo un mes y medio de sequía con temperaturas altas desde finales de enero. Eso hizo que la vegetación se vaya secando paulatinamente». Hasta el día de hoy igualmente se desconoce si realmente hubo una intencionalidad humana en el incendio provocado. Dicho caos dejó a más de 250 familias sin viviendas en la zona de El Boquete, Solis, Cerro Radal, El Blanco, Cholila y Las Golondrinas, siendo estos sitios los focos de concentración de llamas más potentes.
El 30 de junio pasado hubo 112.395 hectáreas afectadas por incendios en la región de La Pampa y San Luis. Dicho escenario fue la antesala de una las quemas más significativas que tuvieron lugar en la provincia de Córdoba. El saldo total del incendio hizo que el fuego termine arrasando una extensión de 320.000 hectáreas en esas provincias y ratificó el peor incendio de la provincia en los últimos 20 años.