Catarsis de un periodista cansado de estar informado. Los medios y la política ponen en jaque la frágil salud mental de todos. Quédese tranquilo, no es tan grave como nos hacer creer, pero igual hay que preocuparse.
¿La mediatización de la política o la política mediatizada? ¿Paranoia infundada o realidad innegable? ¿Reflejo de la realidad o realidad distorsionada? Como sea, el panorama actual parece una parodia de Diego Capusotto. Que alguien me traiga un ansiolítico: tengo picos de stress, sufro de insomnio, cada tanto una dosis justa de taquicardia, extraño mi bienestar gástrico, ineludibles ataques de nervios cuando salgo a la calle, y un control remoto bloqueado para cualquier canal que no transmita fútbol, películas o esas series yanquis de ciencia ficción. Lo demás es todo perjudicial para la salud.
¿Pero qué pasa? De repente volvimos al enardecido clima pre dictadura, a la guerra fría entre capitalismo y comunismo, a la disyuntiva entre ciencia o religión, y no nos dimos cuenta. Los voceros de la desgracia nos dicen que está todo mal. ¿Está todo mal? Mejor dicho, reformulo: ¿Esta todo peor? No creo, che… Piedra, papel o tijera, todos pierden.
Stornelli le dice a Mirtha Legrand almorzando no se qué plato que los muertos por asaltos son menores en esta época del año que a igual periodo del año anterior. La “señora” se ofusca y le dice: “No me importan las cifras, no me venga con eso”. En serio, no quiero ser reiterativo, pero una señora de 80 años con vestidos carísimos, alhajas de oro, vajilla de plata y mucama que va y viene está hablando de seguridad todos los mediodías. Si eso no es un sketch de Capusotto entonces qué. Tiene derecho, como todos, pero tampoco sembrar la psicosis. Para colmo, como remate, esboza un: “A mí la última vez que me asaltaron fue hace más de 20 años cuando me robaron un reloj” (si acá se pudiera pondría esa carita del Messenger donde el icono aparece confundido y con boca torcida, ¿conocen al Messenger no, o lo metieron en cana por vagancia?)
Lo mismo pasa con Susana Giménez, Marcelo Tinelli, Santo Biassati. Entre tantas cosas para imitar, la diva de los teléfonos de ENTEL, poniendo un pie en el avión para ir a Miami, pide que repriman para sacar a los piquetes. Como siempre, pone los ejemplos de las grandes ciudades del mundo, ahí donde hay tantas cosas buenas por copiar pero que ella no las pide.
Además, la rubia teñida, excedida en bronceado, que suele viajar a Estados Unidos todo el tiempo (no hablo de Susana), líder de la Coalición Cívica-ARI, tiene casi el mismo nivel de exposición que las divas antes mencionadas. Como todo el arco opositor pega el grito y dice que los piqueteros están todos armados. ¿Alguien le pidió una prueba de semejante acusación? Con cuanta liviandad se opina. Lo sabe Duhalde, que le abrió juicio por tildarlo de narcotraficante. Por fin! Se confirma una denuncia de Carrió y una sospecha sobre Duhalde, o la chaqueña tendrá que ser más mesurada. Como sea, por primera vez podíamos tener una respuesta firme. Pero ni eso, conciliación o algo así (en este país siempre hay un “algo así” vio) y fumaron la pipa de la paz.
Morales salió como loco y le hizo un juicio a la jujeña Milagro Sala por enriquecimiento ilícito. Que no levante el avispero, no sea cosa que alguien se lo pida a él.
El matrimonio no sale inmune. Cristina fue la primera en avisar, en pleno acampe piquetero en Avenida 9 de Julio, que casi todas las protestas están fogoneadas o armadas. Acá la única que arma es Bereziuk, que apareció en la tapa de la THC vestida de enferma hot (aplausos para Uberti y su staff de secretarias, ¿para pagar todo eso era la valija?).
Néstor también dispara para todos lados. Con razón o no, su verba contra Clarín le tira nafta al fuego. Además sigue metiendo la cabeza adentro de la boca del león, entre PJ y dialogo con intendentes, discurso por los derechos humanos y acusaciones a la década del 90, cada vez aparece más expuesto a los archivos.
Moyano y D´Elía se ponen en la barricada y nos avisan de climas destituyentes. Salen a la calle y de paso muestran el poder de su ejército de trabajadores argentinos, peronistas y rehenes de la CGT.
De Narváez también acusa cualquier cantidad de barbaridades desde épocas inmemorables de campaña. Tiene tiempo libre porque a la Cámara de Diputados fue muy poco y se la pasa paseando por asentamientos del conurbano con camionetas blindadas y escolta policial. Yo lo vi! Es cierto!
De Macri mejor no escribo nada. No se si le tengo más miedo a Mauricio o a Franco, pero por las dudas lo aclaro: Sandra es fea y no me pienso casar con ella. El otro día casi me quedo encerrado en una plaza que enrejaron en 1 minuto 40, por suerte me rescató la Policía Metropolitana, que estaba auxiliando a personal de la UCEP a desalojar a linyeras armados hasta los dientes a punto de hacer la revolución. El que manejaba el camión me regaló populares para ver a San Lorenzo. ¿Alguien las quiere? Yo soy de River. Ups… mejor escribo de otra cosa porque me suena el teléfono…
Y por último aparece Scioli y el recurso de la mano dura. Va a penalizar a piqueteros con actitudes hostiles. Yo quiero que sancionen a empresarios y políticos con actitudes hostiles también. Ni hablar de la idea de llevarse detenidos a los civiles bajo la figura de “vagancia”. Ahí si que no queda ni un dirigente suelto…
Antes de que alguien se queje, la próxima meditamos más profundamente sobre inseguridad. Los dejo que empieza el partido.
Por César Morielli