Con 300 científicos y 200 invernantes, se busca reactivar la base como la nueva puerta de entrada en reemplazo de Marambio. Construirán un muelle y una pista de aterrizaje para los Hércules de la Fuerza Aérea.
El Gobierno tiene todo listo para impulsar la campaña antártica 2024-2025 con una misión clara: relanzar la base Petrel como nueva puerta a la Antártida argentina. La iniciativa requerirá una inversión presupuestaria de 35 mil millones de pesos, suficiente como para apenas mantener las actividades que lidera el país en el continente blanco, siendo ésta una de las políticas de Estado que sobrevivieron a la ‘motosierra’ que implementó el presidente Javier Milei.
El tradicional proyecto anual zarpará el 19 de noviembre y contará con el relevo de dotaciones, sumado al despliegue de 200 invernantes y 300 científicos para diversos programas de investigación. Con especial énfasis en los avances de la base temporal Petrel, que promete ser la nueva puerta de entrada a la Antártida para la Argentina.
A medida que el país profundiza su presencia en el territorio más austral del mundo, la construcción de infraestructura estratégica, como la pista de aterrizaje de Petrel, se perfila como un componente fundamental para asegurar la logística y la defensa de los intereses nacionales en la región. Ocurre en un contexto desafiante, donde impera la competencia con otros países que se disputan la presencia en la zona protegida por el Tratado Antártico.
Detalles de la campaña antártica y la misión en Petrel
El 1° de junio de 2023, la Fuerza Aérea Argentina alcanzó un hito significativo con el aterrizaje de un Saab 340 en la pista de la base Petrel, un evento que marcó el inicio de las obras de infraestructura en la zona.
«El proyecto Petrel sigue avanzando. En junio, la pista tenía 1.000 metros de longitud; hoy contamos con 1.400 y cuando lleguemos a los 1.600 metros, podrá aterrizar un Hércules«, explicó el comodoro Maximiliano Mangiaterra, comandante del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar), en diálogo con Clarín.
En tanto, señaló que la ampliación de la pista permitió no solo el acceso más eficiente a las bases argentinas en el continente, sino también la posibilidad de ofrecer servicios logísticos a terceros. Ubicada en la isla Dundee, en la península Antártica, la base Petrel, que fue destruida por un incendio en la década de 1970, estuvo en proceso de recuperación.
Según Mangiaterra, la estrategia fue cambiar la logística antártica, buscando operar desde Petrel en lugar de la tradicional base Marambio, que había sido el histórico punto de conexión con la Argentina continental. Esta nueva infraestructura estratégica se complementará con la construcción de un muelle en Petrel, lo que aumentará la capacidad operativa del país.
En cuanto a los proyectos científicos que se desarrollaron en el marco de esta campaña, uno de los más relevantes fue el programa NUTEC Plastics, enfocado en el estudio de la contaminación marina por plásticos a través de la tecnología nuclear.
Este programa, que cubre casi todos los mares del mundo, fue puesto en marcha por el presidente Javier Milei durante su visita a la base Marambio en enero de este año. De acuerdo con el Programa Antártico Argentino, que depende de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), este acuerdo fue coordinado en el marco del Sistema del Tratado Antártico y tuvo una importante dimensión de cooperación internacional.
La campaña 2024-2025, que comenzará oficialmente el 19 de noviembre con la salida del aviso Puerto Argentino y la posterior zarpada del rompehielos Almirante Irízar el 28 de noviembre, tuvo como objetivo transportar a 202 invernantes y a unos 300 científicos. Estos últimos se sumaron a los 252 que regresaron al país al finalizar la campaña.
Un aspecto relevante de la operación fue el traslado de los módulos de vivienda para la base Petrel, que fueron construidos en el astillero Tandanor. Según Mangiaterra, el objetivo fue que la base estuviera operativa en su totalidad en un período de entre 8 y 10 años, un plazo que subrayó el carácter estratégico y a largo plazo de este proyecto.
El presupuesto asignado para esta campaña ascendió a 35.000 millones de pesos, de los cuales el 70% se destinó a la compra de combustible para las bases y los medios aéreos. A pesar de la difícil situación económica, el comandante Mangiaterra aseguró que no hubo recortes en el presupuesto, lo que podría haber derivado en el cierre de bases. «No hay recortes, seguimos con los planes de expansión. La logística y la presencia argentina en la Antártida son fundamentales para la soberanía nacional», enfatizó.
La importancia de la Antártida
En un contexto geopolítico cada vez más complejo, la Antártida se convirtió en un escenario de interés estratégico. A fines de mayo de 2024, una noticia sobre el descubrimiento de una reserva gigantesca de hidrocarburos en la zona antártica sobre la que Argentina planta bandera, generó inquietud a nivel internacional. La reserva, ubicada en la zona disputada por Reino Unido y Chile, contiene un valor estimado de 511 mil millones de barriles de petróleo, lo que subrayó la relevancia de la región en términos de recursos naturales.
Este hallazgo renovó las suspicacias respecto al futuro de la Antártida, lo que hizo que el fortalecimiento de la presencia argentina en el lugar, con bases como la de Petrel, adquiriera aún más relevancia pensando en sostener dicha política de Estado, que se remonta a 1904 con la plantación de la bandera en las Islas Orcadas del Sur. Desde entonces, como signataria del Tratado Antártico, Argentina mantuvo su compromiso con la paz y la cooperación internacional, pero no dejó de defender sus derechos soberanos sobre el territorio.
Así, la campaña antártica 2024-2025 no solo se presenta como una oportunidad para avanzar en el ámbito científico, sino también como un paso clave en la consolidación de la soberanía argentina en una región de alta relevancia geopolítica. En el ámbito de la defensa y la logística, la campaña antártica estuvo orientada a la investigación científica, pero también a asegurar la presencia argentina en la región y garantizar el cumplimiento de los compromisos internacionales del país.
En este sentido, la base Petrel también jugó un papel central al albergar el primer Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate Marítimo en la Antártida, que fue un componente clave de los esfuerzos de Argentina para cumplir con sus obligaciones como miembro de la Organización Marítima Internacional (OMI).