
Un informe nacional expuso cifras alarmantes sobre apuestas online entre jóvenes, con foco en San Isidro. “Atrás de cada número hay una historia de dolor”, advirtieron los impulsores.
“Muchos padres creen que sus hijos están chateando en la mesa mientras cenan, pero en realidad están apostando con el dinero que les dieron para el día”, advirtió Leandro Martin.
En un encuentro realizado esta semana en el restaurante Blossom, se presentó el informe “Apostar no es un juego”, un estudio nacional que expone el preocupante avance de la ludopatía entre adolescentes y jóvenes, con un foco especial en San Isidro. La charla estuvo encabezada por Martín Romeo, director del trabajo, y Leandro Martin, referente político local y actual funcionario en Vicente López. También participaron familias, representantes de la Iglesia, organizaciones sociales y periodistas.
Durante la presentación, Romeo compartió datos alarmantes: “Cuatro de cada diez adolescentes o jóvenes de entre 15 y 29 años están apostando en este momento. Y lo que más preocupa es la velocidad con la que un consumo problemático se convierte en una adicción: en jóvenes, puede tomar tan solo dos años”, señaló.
El informe, basado en más de 7.800 encuestas realizadas en todo el país —y más de cien en el partido de San Isidro—, confirma que la problemática atraviesa a todas las clases sociales. Algunos de los hallazgos más preocupantes:
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El 40% de los jóvenes apuesta actualmente o lo hizo recientemente.
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El 70% reconoce efectos negativos del hábito.
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Un 30% ha sufrido ansiedad o estrés al no poder realizar una apuesta.
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El 25% se endeudó o usó dinero destinado a otras necesidades para apostar.
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En promedio, los jóvenes apuestan dos de cada tres pesos que reciben de sus padres para gastos cotidianos.
Leandro Martin fue contundente: “Esto es como una pandemia silenciosa. Muchos padres creen que sus hijos están chateando en la mesa mientras cenan, pero en realidad están haciendo apuestas deportivas con el dinero que les dieron para el día”. Según detalló, en algunos indicadores San Isidro incluso supera la media nacional.
Los testimonios incluidos en el informe aportan una dimensión humana y desgarradora del fenómeno: jóvenes endeudados, que roban en sus casas, sufren insomnio o entran en crisis emocionales. “Atrás de cada número hay un pibe, una familia, una historia de dolor”, expresó Martin.
Para Romeo, el objetivo es claro: “Visibilizar el problema es solo el primer paso. Queremos construir evidencia empírica que permita a la sociedad y al Estado tomar decisiones. Sin datos, no hay política pública posible”. En ese sentido, el proyecto ya impulsa charlas preventivas en clubes, escuelas y espacios comunitarios. En la cuenta de Instagram @apostarnoesunjuego se comparten recursos educativos, resultados del estudio y relatos en primera persona.
El evento fue también un espacio de compromiso colectivo. Padres, docentes y referentes comunitarios coincidieron en la necesidad de actuar. Martin cerró con un mensaje directo: “Hacerse cargo es el primer paso. Esto no se resuelve solo desde la escuela o el Estado. Se resuelve también desde la familia, con información, con diálogo, con conciencia