Hay interrogantes al que nadie puede responder. La historia hubiera sido otra, si Ud. Se metía con cabeza y el alma, en el control de los asuntos domésticos de los agentes?
Neófito en la ciencia que administra la riqueza y la pobreza del común de los mortales, Sr. Intendente, Ud. terminó cediendo ante la presunta sabiduría de los especialistas. La inflación, esa que, por más que aquellos se hagan los distraídos, se utilicen los eufemismos que sean, igual viene trastornando los días y las noches de los responsables de su Administración.
Es evidente que los salarios comienzan a perder posiciones, con los nuevos aires que ventila la economía Argentina. Los trabajadores activos y jubilados nos estremecemos ante la posibilidad cierta, de sortear diariamente la agobiante aceleración, confusión y angustia que disparan los procesos inflacionarios.
Bajos salarios, plantas diezmadas, designaciones precarias, contratos basura, es la “real” realidad diaria, que atribula al trabajador y repercute negativamente en la salud de la población. Dada la peculiar modalidad que se da en la Comuna de General San Martín, en lo que respecta a paritarias, monólogo reiterado, soliloquio autista, no es menos cierto que el trabajador profesional y no profesional activo y jubilado, se ve acuciado por tremendas necesidades, que nacen de la franciscana vida diaria, que afrontamos.
Los circunloquios, son moneda corriente en los funcionarios del Gobierno nacional. A la inflación la llaman “reacomodamiento”, a los innegables padecimientos sufridos: “sensaciones”.
Los trabajadores municipales de Municipio de General San Martín, activos y jubilados, necesitamos perentoriamente un “ reacomodamiento” de los salarios, con un piso del 25%, que nos permitiría sostener a los agentes comunales, desde ya aclaro, batalla pírrica, contra la “sensación” inflacionaria, de lo contrario quedaremos rezagados, en la puja distributiva.
Llamo la atención sobre lo que ya esta pasando: la plata no le alcanza a la gente y la inflación va acelerándose, la cual golpea mucho más brutalmente a los bolsillos de los más necesitados. A ojos vista, no hay un plan para contener la misma; la población disminuyendo el consumo, es la que muestra alguna actitud activa. Y esta, sin políticas e iguales métodos, es decir que el que imprime billetes es el mismo que el que maneja el gasto, se perpetuará en el tiempo.
Los salarios nominales fueron aumentando en los últimos años, pero la inflación real fue licuando esas mejoras. Además del deterioro salarial, los ingresos de los trabajadores municipales activos y jubilados, se distribuyen de manera desigual: el 70% gana menos de $2000 por mes y recibe el 42,3% de la torta salarial. En tanto el 30% restante, se queda con el 57,7% de los ingresos. En la grilla salarial comunal de profesionales, después de 15 años de labor (categoría profesional de hospital), se supera los $2.000.
De acuerdo a la FIDE (Fundación de Investigaciones para el Desarrollo, cuya directora, con licencia, es la actual titular del Banco Central Mercedes Marcó del Pont) en octubre de 2009, una familia tipo del Gran Buenos Aires necesitaba $ 2.752, para cubrir sus gastos básicos.
Vuelvo a repetir, para algunos es inflación, para otros “reacomodamiento” de precios. Lo cierto es que se llame de una u otra manera, el alza de los precios al consumidor, en especial de los alimentos, ayuda a subir un escalón el piso a las negociaciones saláriales. Todo esto establece un piso salarial, de 25 %.
En un cuadro inflacionario volátil, como el actual, también cambian los tiempos y el ritmo de la negociación. Por eso, es de desear, que los dirigentes gremiales y las Autoridades, pacten aumentos por períodos cortos- para ver que pasa con los precios- o con cláusulas que habiliten la reapertura de las paritarias o la modalidad elegida por las Autoridades, si la inflación sigue disparándose.
Se solicita encarecidamente a la Comuna, se abstenga de otorgar aumentos saláriales no remunerativos (me inhibo llamarlo salario en negro que es la realidad, ya que no aporta a la jubilación al futuro trabajador activo), que sólo llega al trabajador en actividad, pero no devenga incremento salarial al trabajador jubilado.
Es necesario resolver el pase a planta permanente en forma definitiva a todos los contratados, de igual forma aplicar la promoción (recategorización), poniendo punto final a la inequidad de agentes profesionales y no profesionales que durante 15 o más años, no cambian de categoría, si no media el amigo gremial o político. Se debe blanquear las funciones (concursos), el pago de la antigüedad, las nuevas estructuras, el aumento salarial. No pierde la esperanza, el trabajador activo, que durante esta Gestión, le sean devueltos, los salarios descontados por días de huelga legal.
Hay que reducir la pobreza y la inequidad social, que golpea a las categorías más bajas del escalafón, reduciendo a las mismas, a parias sociales. Debemos salir de la categoría vergonzante del escándalo y la pauperización salarial.
Por otra parte pongo en conocimiento de Ud., de un hecho de extrema gravedad institucional, con la intención que cualquiera sea el foro o el claustro que Ud. ocupe, ponga de manifiesto la oposición más férrea del trabajador municipal activo y jubilado, al proyecto de ley de Reordenamiento Financiero Previsional.
En pocas y más claras palabras: quieren traspasar los fondos de nuestra caja de jubilaciones, que algún día será la suya, me refiero al Instituto de Previsión Social (I.P.S.), al ANSES. No quiero perder la movilidad actual, en mis futuros haberes.
Tenemos un sistema previsional, modelo en Sudamérica, Instituto no deficitario y movilidad amparada en nuestros mayores aportes (16%), queriendo que los futuros jubilados, sigan haciéndolo a los 60 años, sin sumarle 5 años más a la edad de obtener el beneficio. Sin abundar en detalles, reitero la más dura oposición de los trabajadores comunales, a esta artera maniobra del Ejecutivo Provincial.
Por Dr. Miguel Ángel Perticone, DNI 4.385.422