El intendente, como en los últimos años, podrá incrementar tributos hasta un 20% “si los costos de bienes y servicios que presta el municipio se vieran afectados por circunstancias económicas – financieras”. Parte de las modificaciones votadas eran desconocidas por la oposición, “abrimos la puerta para que entre un artículo y entró un camión acoplado”, señalaron. Y la comisión de Hacienda no había emitido el dictamen correspondiente por falta de quórum.
La Asamblea de Mayores Contribuyentes, realizada a partir de la tarde del viernes 26, y que trató la Ordenanza Fiscal e Impositiva de 2011, reunió algunas características peculiares. La primera, de color, por el calor agobiante casi se efectuó en penumbras; y más delicado por la vulneración institucional, el encuentro fue desprolijo y abundaron situaciones irregulares.
Con las ausencias de los oficialistas Luis Martinelli y Marcela “la tigresa” Acuña, la votación en general finalizó con 18 manos por la afirmativa y las 4 restantes por la negativa, que correspondieron a Rodolfo Knittel, Patricia Rodríguez, Diego Achilli y Fernando Ramos. Pero el debate más agudo – que incluyó cruces con tono electoral - comenzó con el tratamiento en particular. Se llegó a la asamblea sin el dictamen de la comisión de Hacienda, que no se había reunido por falta de quórum, reflejo de las internas dentro del oficialismo.
El punto sobresaliente de la Fiscal es la reedición de la cuestionada facultad otorgada al Ejecutivo para que “modifique tributos hasta un 20%, si los costos de bienes y servicios que presta el municipio se vieran afectados por circunstancias económicas – financieras”. Cabe recordar que en 2010, Hugo Curto empleó esta herramienta a mediados de año.
Además, Raúl Bazán, presidente de Hacienda, expuso parte de las modificaciones ante el desconocimiento de la oposición. Una relacionada con las exenciones a jubilados y otras dos con fines recaudatorios: quita de exenciones para martilleros en Seguridad e Higiene; creación de gravamen por control de instalaciones eléctricas. A su vez, el radical Santiago Iuzzolino, quien tuvo contrapuntos tanto con el jefe de la bancada oficialista, Jorge Urrutia, como con el edil “lilito”, propuso otra serie de cambios.
Ante esta situación inédita, con los mayores contribuyentes como testigos confundidos – “me siento avergonzado de vivir en Tres de Febrero”, confesó uno de ellos -, Knittel, Ramos y Achilli solicitaron un cuarto intermedio y que se convoque para otro día aduciendo que “abrimos la puerta para que entre un artículo y entró un camión acoplado”. Finalmente, el titular del Deliberativo, Agustín Ciorciari, descartó esa opción y puso a consideración las propuestas de Iuzzolino y Bazán, alcanzando los votos necesarios (14) sólo el oficialista.
Después de más de dos horas de cruces, el tratamiento de la Impositiva fue apresurado y con definición a mano alzada. Por ejemplo quedó determinado que los cines que sean propiedad de la Comuna y que ofrezcan entretenimientos cobrarán un mínimo por espectador de hasta 10 pesos. Y, en medio de cuestionamientos al uso de los fondos, el curtismo sancionó un nuevo aumento en los adicionales de la tasa de Servicios Generales, destinados para los polideportivos y para mantenimiento de patrulleros.