
Plaza propone un acercamiento a las autoridades británicas para cooperar en diversas áreas.
El presidente Javier Milei oficializó el ascenso de Mariana Plaza como embajadora argentina en el Reino Unido, una decisión que generó fuertes críticas debido a su conocida postura sobre las Islas Malvinas.
Plaza, arquitecta de lo que en Cancillería se denomina «la doctrina Plaza», propone un acercamiento a las autoridades británicas para cooperar en diversas áreas, a cambio de abandonar el histórico reclamo de soberanía sobre las islas.
La Confederación de Combatientes de Malvinas expresó su rechazo hacia Plaza, acusándola de «cooperar con los usurpadores» y de relegar los derechos soberanos de Argentina sobre las Malvinas. En febrero, cuando su nombramiento fue ratificado por el Senado, la Confederación señaló que Plaza «viene pregonando un affaire anglosajón» y que su postura refleja la política exterior del gobierno actual.
El ascenso de Plaza fue aprobado únicamente con los votos del bloque libertario, mientras que 24 legisladores peronistas votaron en contra, algo inusual en este tipo de decisiones diplomáticas. Desde la oposición, los discursos se centraron en criticar lo que consideran una «desmalvinización» de la política exterior argentina.
La designación, publicada en el Boletín Oficial, también incluye a Carlos Ortíz de Zarate, esposo de Plaza y actual número dos de la embajada en Londres.