Descartó llevarlas a marzo, pese a que no le aprobaron el presupuesto. Así, Macri prepara un escenario que achica la posibilidad de la doble candidatura -en la Ciudad y para suceder a Cristina- y da señales de encaminarse a la disputa nacional, aunque avisa en su círculo íntimo que estirará esa decisión “lo máximo posible”.
Ni unificadas con las presidenciales ni adelantadas: ahora Mauricio Macri aseguró que las elecciones para jefe de Gobierno porteño serán “en julio o agosto”, cerca de los comicios comunales y de las primarias abiertas y obligatorias, en caso de que se reglamente la ley de reforma política. Así, Macri prepara un escenario que achica la posibilidad de la doble candidatura -en la Ciudad y para suceder a Cristina- y da señales de encaminarse a la disputa nacional, aunque avisa en su círculo íntimo que estirará esa decisión “lo máximo posible”.
El supuesto adelantamiento había cobrado fuerza hace un mes, cuando Macri advirtió las dificultades en la Legislatura con el presupuesto para este año. Primero lo lanzó a modo de amenaza para los opositores y luego tomó forma de estrategia con una eventual doble candidatura. Antes había analizado la unificación con las presidenciales del 23 de octubre, para postularse a nivel nacional y arrastrar votos para Gabriela Michetti o Horacio Rodríguez Larreta, aspirantes a candidatos en la Ciudad.
“Las elecciones no se van a adelantar, hoy estamos enfocados para julio o agosto”, dijo Macri en radio La Red. Uno de sus colaboradores de confianza no descartó junio, en coincidencia con los comicios en las comunas, o la postergación de estas últimas para arrastrar votos a los candidatos locales y evitar tantas fechas de votación (el 14 de agosto serían las primarias abiertas). Marzo o abril quedaron prácticamente descartados por el nuevo escenario generado por las tomas de predios y el costo político que hubiera provocado la doble candidatura, cuestionada en público incluso por Michetti. Y los macristas más optimistas remarcaron la “recuperación” para ir directamente por la presidencia. “La muerte de Kirchner nos había complicado y nos dieron una mano. Nos eligieron como rivales y vamos a dar la pelea”, confió un colaborador, que a la vez ponderó desestimar la candidatura en la Ciudad para “poder construir” en las provincias: “Para dar marcha atrás hay tiempo”.
Consultado sobre la chance de buscar la reelección, Macri se limitó a responder: “No es mi prioridad. Hoy soy jefe de Gobierno y precandidato a presidente, nada más que eso”. Su equipo se entusiasmó con las encuestas sobre su posición en el conflicto por las tomas y él insistió con ese discurso: “Es un año en el que habrá que decidir si queremos recuperar la cultura del trabajo o si nos dejamos prepotear por la violencia y traficantes de tierra e influencias”. Será un enero distinto para Macri, también porque irá a Punta del Este en todo caso algún fin de semana. Esta mañana inaugurará un centro comunitario en La Boca.
IDAS Y VUELTAS
En julio, Macri quería unificar. Ese mes, el jefe de Gobierno planeaba juntar la elección porteña con la nacional. Con la excusa del “ahorro”, Macri pensaba que su candidatura presidencial arrastraría votos al candidato porteño. En noviembre, Macri confirmaría la idea de unificar.
En diciembre, Macri quería adelantar. Hace un mes, Macri amenazó con que si no le aprobaban el presupuesto adelantaría la elección porteña a marzo porque no podría gobernar. En realidad, el PRO veía al adelantamiento como una salida para una doble candidatura de Macri, en la Ciudad y la Nación.
Ahora, Macri no quiere ni unificar ni adelantar. Pese a que la oposición no le aprobó el presupuesto, las resistencias dentro del partido y sobre todo el escenario complicado con la tomas de terrenos llevaron al jefe de Gobierno a dar marcha atrás y anunciar que la elección porteña sería “en julio o agosto”.
Fuente: Diario Clarín