El Jefe de Gobierno realizó declaraciones donde, a modo de promesas electorales, explicó cuáles serían las primeras medidas que tomaría si fuese presidente. Conociendo la historia del Ingeniero en épocas de campaña, y su experiencia en la Ciudad, bien vale una revisión.
Por César Morielli
Mauricio Macri es sorprendente. Un fenómeno político indescifrable e inexplicable. El fruto del marketing publicitario, aquello que vende e inventa una necesidad inexistente, llevado a las esferas de la gestión pública. La metodología democrática le dio un bien ganado lugar al frente de la Jefatura de Gobierno porteño, y hoy su imagen -según las últimas encuestas– es de las más altas entre los dirigentes opositores al gobierno nacional. Aunque aún muy lejos de Cristina Fernández y Daniel Scioli. Sin hacer un juzgamiento sobre su figura, sus acciones y los acontecimientos que rodean a su polémica gestión hablan por sí solos.
Macri confunde. Hace rato especula con la posibilidad de ser candidato a presidente o de repetir en la Ciudad. Dice que no sabe qué hacer. ¿Será cierto o es una estrategia? En los últimos días habló sobre las medidas que tomaría en caso de llegar a la Casa Rosada. Fue durante una entrevista al diario La Nación, donde apuntó su discurso hacia la clase media-alta.
Otra vez, Macri insistió con algo que desató la polémico y rodeó la xenofobia durante diciembre del 2010: Señaló a la inmigración como un problema que afecta el desarrolló y prometió eliminar las retenciones agropecuarias. El Jefe de Gobierno, como todo referente opositor, dispara contra el kirchnerismo por el lado de la confrontación y la crispación. Sin embargo, con estas declaraciones no hace más que generar un ámbito virulento entre a distintos sectores sociales.
Algo similar sucedió con los reclamos sociales, catalogados como “piquetes”: "En los tiempos que vienen va a haber un cambio. El Estado va a estar presente y va a garantizar las libertades de todos y la regla va a ser que no se puede cortar las calles", expresó en la misma sintonía
Además habló de inflación, a la que tildó de ser el “el impuesto de los pobres” que “corrompe a la sociedad y es producto del despilfarro en el gasto y de la falta de inversión”. Estas expresiones no dejan de ser cuestionables justo cuando su gestión fue apuntada por todo el arco opositor por no ejecutar el Presupuesto estipulado para áreas de salud, educación y viviendas sociales.
Las declaraciones se enmarcan en el discurso proselitista de cualquier candidato, sin embargo, para el caso de Macri vale una rápida revisión.
CUESTIONAMIENTOS
Hace algunas semanas, Daniel Filmus, senador kirchnerista y precandidato a Jefe de Gobierno porteño, dialogó con La Noticia Web y dejó algunas definiciones. “Macri dijo el primer día de conflicto en el Indoamericano que el Estado estaba ausente, pero no se daba cuenta que él no es el presidente de una ONG sino el titular del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Él es el Estado, y es el que estuvo ausente durante estos más de 3 años de gobierno”, expresó.
Filmus también apuntó en esa entrevista a otras áreas: “No hemos visto ninguna mejora sustantiva. No mejoró el transporte, ni el tránsito, no mejoró la educación ni la salud. Tampoco el medio ambiente, estamos cada vez peor con el tema de la basura. Tenemos deudas históricas que la Ciudad no resuelve a pesar de que hay una recaudación de cerca de 6.500 millones de dólares. Hay recaudación récord, con muchísimos recursos, y no los utiliza”.
Respecto a estas “promesas” que Macri realiza para cuando le toque, hipotéticamente, hacerse cargo del Sillón de Rivadavia, bien vale recordar las cosas que el Ingeniero premetía para la Ciudad de Buenos Aires. Por lejos, existen varias cuentas pendientes.
“Toda la Ciudad está abandonada y con falta de gestión. No se ven los kilómetros de subte que prometió Macri, las 10 mil viviendas que dijo que iba a hacer por año, los 55 estacionamientos que se votaron en la Legislatura, no se ven las 30 escuelas que prometió para zona sur, prometió abrir un solo hospital en zona sur y tampoco lo hizo. Ni siquiera se pueden ver los niveles mínimos de construcción que prometió. Recién ahora comenzó a licitar y algunas obras están paradas por los vecinos, porque se hacen en lugares sin consensos con quienes viven allí”, dijo Filmus.
El legislador porteño del sabbatellismo Gonzalo Ruanova también es uno de los férreos opositores de la gestión. A fines del año pasado expresó que “Macri prometió 10 kilómetros de subte por año pero en lugar de esto nos presta 100 bicicletas”. La chicana tenía como destinatario al programa presentado en diciembre pasado.
En la entrevista con La Noticia Web, Filmus habló sobre el crecimiento de la Ciudad. Si bien no lo mencionó directamente, de manera solapada se puede creer que apuntaba a las críticas que Macri hace de la inmigración. “Es una ciudad que no crece desmesuradamente, tiene 60 mil habitantes más que hace 10 años. En 1947 tenía 3 millones de habitantes y ahora tiene 2 millones 900 mil. Es decir que en 60 años perdió habitantes. No es una ciudad desbordada con crecimiento desmesurado que obliguen a tomar medidas una tras otra. Por el contrario, es una ciudad que envejece y pierde habitantes proporcionalmente. Con un poco de inteligencia, con los recursos que hay, con gestión eficiente y sensibilidad social, se puede modificar”.
Facundo Di Filippo, vicepresidente del bloque Coalición Cívica de la Legislatura porteña, es otro que plantea críticas a las promesas inconclusas de Macri. Puntualmente se dedica a las escuelas y la educación.
Allá por los meses de invierno, en pleno conflicto de la toma de escuelas -otra polémica en la gestión–, Di Filippo opinó: “El ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires admitió públicamente que 52 escuelas estatales no tienen gas y que más de un centenar presentaban serios riesgos para los alumnos por instalaciones eléctricas deficientes o bien por filtraciones y rajaduras en sus estructuras. Con ese reconocimiento de Mariano Narodoswki al macrismo se le cayó la última de sus consignas electorales”.
“Durante la campaña proselitista, con el cartel insignia ´Va a estar bueno Buenos Aires`, Mauricio Macri se mostró saltando baches, los mismos –aunque un poco más profundos– que todavía esperan ser tapados, y prometió inclusión social, transparencia de gestión y resolución de los problemas más urgentes, entre ellos contar con escuelas en condiciones”, agrega el legislador.
Desde su despacho recuerdan el “despido injustificado de 2.300 empleados municipales, el violento desalojo de cartoneros de Barrancas de Belgrano, la reducción de más del 50 por ciento de los talleres culturales barriales y la tercerización de programas de asistencia a menores en riesgo”.
A Macri también se le vuelven en contra las críticas al kirchnerismo relacionadas con la corrupción o la incompatibilidad de deberes como funcionario público. Siempre en palabras de Di Filipo, “nombró por decreto a empresarios amigos en puestos clave. Elevó de 300 mil a 500 mil pesos las contrataciones directas, es decir aquellas que no requieren llamado a licitación, y autorizó a que el Ejecutivo contrate asesores en un número mayor al personal que había cesanteado. Otro ejemplo, a poco de asumir, basado en un informe de la Auditoría General de la ciudad, hizo denuncias públicas sobre irregularidades administrativas –de varios millones de pesos– en la obra social de los trabajadores municipales. Justificó así la intervención de esa entidad, que avaló la Legislatura, pero se olvidó, pese a que era su obligación, de radicar la correspondiente denuncia penal ante la Justicia”.
En la oposición expresan que se le han brindado a Macri todas las herramientas de gestión posibles para agilizar trámites de contratación y la posibilidad de contraer deuda. También se aprobó una ley de emergencia edilicia. Gabriela Michetti dijo que eso les permitía trabajar eficazmente y el Ministro de Hacienda Héctor Grindetti apuró diciendo que si no se daba el visto bueno a la norma sería responsabilidad de los legisladores que no se puedan reparar las escuelas.
Una lectura directa del fenómeno puede permitir la conclusión que el gasto en educación o salud no es tan redituable como favorecer a empresarios amigos y allegados para obras de infraestructura.
Vale un ejemplo sencillo con las rampas para discapacitados en la vía pública: Hubo una primera etapa donde se hacían 2 rampas plásticas. Luego llegó una segunda versión en la que se rompían y se instalaban otras 2 rampas de cemento con bloques preconstruidos. Y finalmente, la tercera versión consistía en destruir estas últimas para armar una gran rampa que abarque toda la esquina. Esto se pudo ver fácilmente en la zona de Palermo, donde también se agrandaron las ochavas y se generó una polémica con los “cuidacoches”.
COMUNICACIÓN VIRTUAL CERO
Durante su campaña electoral, Macri se valió de todos los medios posibles para insertarse en la opinión pública. Se mostró como un hombre abierto al intercambio y al acceso a la información. En aquellos meses de proselitismo se abrió la página web ciudadpro.com. Apenas asumió como Jefe de Gobierno, el sitio dejó de ser actualizado y fue cerrado imprevistamente.
OTRAS CONCLUSIONES
Las tomas en el Parque Iberoamericano parecieron ser la gota que revalsó el vaso. Todo el arco opositor coincidió en que Macri gastó más en publicidad, asfalto y basura que en construcción de viviendas, escuelas y salud. Se le apuntó a la alarmante subejecución del presupuesto de las áreas más delicadas–
La zona Sur de la Ciudad es la más postergada. En el último trimestre del 2010 Macri gastó solamente el 18 % de lo asignado para la construcción de viviendas. Con un poco de memoria, la foto del Ingeniero en un basural de Lugano, con una nena de la mano, iniciando la campaña de 2007, parece un chiste de mal gusto.
En ese entonces, en su discurso, Macri afirmaba que estaban allí “mostrando lo que queremos erradicar, les decimos que se puede. Esto es lo que no queremos más”.
El ex presidente de Boca había sido preciso. “Macri prometió 10 mil viviendas por año. En el 2010 sólo se entregaron 81 y en lo que va de los tres años de gobierno de PRO se entregaron menos de dos mil, que en casi todos los casos eran proyectos licitados en gestiones anteriores”, recordó el senador Filmus.
LA POLICÍA METROPOLITANA
La Policía Metropolitana es otro de los caballitos de batalla de Macri. El desempeño de la fuerza en el conflicto del Parque Indoamericano fue denostable, incluso hubo muertos durante los desalojos.
Una de las cosas que se cuestionan son las designaciones en la cúpula de policías con procesamientos.
Hoy día, sólo se ven patrullajes y oficiales con colores del canal infantil Cartoon Network y poco trabajo en las calles. Los agentes parecen modelos publicitarios de la gestión. Macri, que ya se aprendió el discurso de memoria y sin la necesidad de que nadie le marque las oraciones desde atrás, se cansa de expresar ante el micrófono que los vecinos de Saavadera, Villa Devoto, Villa Pueyrredón y Villa Urquiza -sí, en ese barrio donde hubo tres muertos ante el derrumbe de un gimnasio por una obra contigua que no era controlada debidamente– se sienten más seguros con la presencia de la nueva policía.
Sin embargo, ante cada hecho delictivo en estos barrios la Policía Federal es la que se presenta de modo urgente para atender a los damnificados.
Para muestra vale un dato. Según datos aportados por la misma institución y analizados por el legislador de Proyecto Sur Rafael Gentili, entre febrero y septiembre del año pasado la fuerza –que cuenta con 600 hombres por comuna divididos en tres turnos- intervino en 168 delitos y 399 contravenciones/faltas. Es decir un promedio de 0,7 delitos y 1,65 contravenciones/faltas por día, cuando, según estimaciones, diariamente se cometen más de 600 delitos y 114 contravenciones/faltas.
Finalizando, también hay una estadística actual para uno de esos barrios seguros que menciona Macri, Villa Urquiza. Tres robos en seis días y en la misma cuadra. La seguidilla de hechos comenzó en la mañana del viernes 21 de enero cuando delincuentes asaltaron la joyería “Diane”, en Monroe al 4900, entre Díaz Colodrero y Pacheco. Fue un robo rápido aunque con altas dosis de violencia ya que los delincuentes amenazaron a empleados y clientes y se llevaron recaudación más algunas piezas. Hubo otro asalto el martes, a unos cinco o seis metros de la joyería. En este caso, los perjudicados fueron los dueños de un local de ropa de surfers de la marca QuickSilver y la Metropolitana actuó después de cometido el hecho. Increíblemente, 48 horas después, la cuadra volvió a ser blanco de la delincuencia fue asaltado el local de ropa “San Salvador”.
Dos semanas antes, Macri, el ministro de Seguridad Guillermo Montenegro, y el titular de la Metropolitana Eugenio Burzaco, inauguraron la primera comisaría de la fuerza en el vecino barrio de Saavedra. Además, el propio Jefe de Gobierno estuvo luego de los robos a una cuadra del lugar donde se cometieron los hechos, en Monroe y Triunvirato, inspeccionando las obras de lo que será la estación Juan Manuel de Rosas de la línea B de subterráneos.