
La discusión sobre un negocio millonario enfrentaron a concejales de Damián Selci con los de Juan Zabaleta.
Tal como contó LaNoticiaWeb, la disputa política en Hurlingham entre La Cámpora y el intendente en uso de licencia Juan Zabaleta se trasladó al concejo deliberante.
Allí, en la última sesión se discutió un pliego enviado desde Ejecutivo, impulsado por el mandatario interino, el camporista Damián Selci, el cual pretendía que se apruebe la licitación de un nuevo contrato para la recolección de la basura por 10 años y un monto de 21.600 millones de pesos (160 millones de dólares).
Fue un proyecto que desde su gestión generó polémica dado que solo tuvo 4 días para ser estudiado en los despachos legislativos. En esencia, lo que más controversia causó fue sea un contrato por 10 años dado que la concesión quedaría para 3 gobierno municipales. El costo, millonario, también fue materia de discusión.
En paralelo, y en otra polémica decisión, la administración Selci redactó el pliego de tal manera para que el expediente con el contrato nunca volviera al Concejo Deliberante para su revisión, como lo exige la ley. Algo poco entendible en uno de los contratos más importante para la administración local.
Esto zanjó las diferencias que ya existen entre el actual ministro de Desarrollo Social y La Cámpora. Por su parte, Juan Zabaleta le pidió a los concejales que le responden a él que no aprueben el pliego.
Fueron horas tensas de discusión en el Concejo Deliberante de Hurlingham. El camporismo no solo negociaba con la los ediles del zabatelismo sino tambien con el bloque opositora de Juntos.
Finalmente, se llegó a un acuerdo, se bajó de 10 a 6 años la concesión del contrato y el pliego fue aprobado.
Sin embargo, las discusiones terminaron de tensar la relación entre la agrupación política kirchnerista y el peronismo que representa al zabatelismo.
«Acá los que pierden son los vecinos, estamos hablando de un negocio millonario», se quejó un vocero legislativo cercano a los ediles del riñón de Juan Zabaleta.
De esta manera, las relación entre las dos tribus más importantes del oficialismo en Hurlingham llega más tensa que nunca de cara al armado electoral del año que viene.