El control de los presupuestos y la doctrina de Caritas Internacional, ahora estará en manos del Vaticano. La reforma llega luego de que la entidad fuera señalada por distribuir preservativos en África y priorizar la asistencia por sobre la evangelización. La desmentida de la sede local.
Un decreto del Vaticano le quitó la autonomía a Caritas Internacional, la mayor organización humanitaria de la Iglesia, que atiende 25 millones de personas por año. La reforma, que lleva la firma del secretario de Estado, Tarcisio Bertone, subordina totalmente al ente caritativo. Ahora el Pontificio Consejo y la secretaría de Estado del Vaticano, podrán supervisar y aprobar o rechazar los presupuestos, y modificar los textos que contengan contenidos morales o doctrinales. La intervención estructural en el organismo pone fin a una amplia autonomía concedida en 1994 cuando Juan Pablo II le otorgó una personalidad jurídica pública.
El conflicto entre la Curia Romana y Caritas tiene un correlato en la gestión de la ex secretaria general de la organización, Lesley Knight, que era considerada “demasiado independiente” por la jerarquía de la Iglesia. Acusada de dar mayor prioridad a la asistencia por sobre la evangelización de los asistidos, Knight fue reemplazada el año pasado por Michel Roy, quien se mostró alineado con las reformas que impulsa el Vaticano.
La desplazada, Knight, también había sido señalada por “no hacer lo suficiente” para imprimir una identidad católica a las actividades de la organización. En ese entonces la británica se defendió diciendo que “ayudamos a tantas personas de otra fe religiosa, como musulmanes y budistas. Lo hacemos no porque sean o no católicos sino porque nosotros somos católicos”. Esta declaración habría caído muy mal entre los jerarcas de la Curia. El año pasado, el Papa Benedicto invitó a Caritas a defender "los valores no negociables" de la Iglesia y a promoverlos en todas las instancias internacionales de manera de "no caer en ideologías dañosas".
Hubo también fuertes críticas contra la gestión de Knight, porque equipos de voluntarios en África, distribuyeron preservativos, y la organización central no obligó a seguir la estricta línea del Vaticano en la materia.
Caritas, fundada en 1897 en Alemania, agrupa 163 organizaciones nacionales de asistencia, desarrollo y servicio social. Se dedica al combate contra la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. Presta asistencia a cerca de 24 millones de personas en 200 países y da empleo a 40.000 personas remuneradas y a 125.000 voluntarios.
LA RESPUESTA DE CARITAS ARGENTINA
Desde la sede local de la organización, negaron que la mayor supervisión que decidió ejercer el Vaticano sea una reacción por diferencias de criterio. Admitieron, sin embargo, que la ex secretaria general de Caritas, Lesley Kingth, tenía escasa sintonía con los criterios vaticanos.
“Lo que acaba de hacer el Vaticano fue aprobar el nuevo reglamento y los estatutos de Caritas Internacional definidos hace un año en asamblea por la propia institución. No fue una decisión unilateral”, dijeron fuentes de la organización consultadas por el Diario Clarín .
Según los datos que arrojan algunas mediciones independientes, Caritas Argentina es la institución solidaria con mejor imagen del país. Cuenta con más de 30 mil voluntarios y presta ayuda a aproximadamente 3 millones de personas. Entre sus presidentes figuró el obispo Jorge Casaretto.
La entidad realizó este fin de semana en Santa Fe su XIII Encuentro Nacional con la asistencia de unos 500 delegados. En esa ocasión, su actual titular, el obispo Oscar Ojea, manifestó su preocupación por la pobreza en el país.