El intendente Gutiérrez brindó una conferencia para aclarar el episodio de suba de salarios que, por momentos, instaló en la opinión pública la idea de que los municipales del distrito ganan como si fuesen diplomáticos suizos.
El decreto que dispone una nueva modalidad de pago de salarios para los funcionarios quilmeños es del 23 de enero, pero el asunto estalló recién ahora.
“Hoy, mi salario neto es de $ 9.158, que es la suma exacta al anterior al aumento”, señaló Francisco Gutiérrez, con el recibo en mano ante las cámaras. Y aseguró: “Nos sorprendió que se hable de un aumento del 230 % como para hacer creer otra cosa”, al decir también que hay “mala información”.
Sugirió que funcionarios de alto rango deben cobrar buenos sueldos para no caer en otras tentaciones. A buen entendedor, pocas palabras. Y destacó que los salarios sean “acordes a la especialidad que desarrollan”.
El “barba” lanzó el apotegma peronista: “La realidad es una sola y contrasta con todo lo publicado en 'algunos' medios. Los números están a la vista”. Parte de la confusión radica en la intención de, supuestamente, “blanquear” dividendos que, aseguran, otras veces se perciben en color negro y a las sombras de la discreción, lo que llevaría a afirmar que el “salario oficial” que pagarían administraciones presuntamente más austeras, puede ser la punta de un iceberg nada humilde.
El secretario de Hacienda Alejandro Tozzola agregó que, antes, “un secretario en el salario básico bruto, sin las bonificaciones, cobraba menos que un director general. Estaba tan distorsionada la escala que ni siquiera, y dado el grado de gran impunidad que existía en ese momento, se cuidaban de una cuestión legal, teniendo en cuenta que un rango inferior cobrara más que un rango superior'. Y señaló que se mantenían esos salarios para evitar la retención de las ganancias. “Estamos blanqueando esa situación”, reafirmó.