La Presidenta se refirió al conflicto con el agro y calificó la protesta como "los piquetes de la abundancia". Agregó qué "son sectores que no piensan ni cambiar ni entender". Aparecieron cacerolazos en el interior del país y Capital Federal.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner criticó con palabras muy duras a los dirigentes ruralistas que mantienen el paro agropecuario más contundente de la historia y que hoy cumple 13 días ininterrumpidos sin actividad.
La jefa de Estado, que encabezó en la Casa Rosada la firma de convenios de obras entre AySA y municipios bonaerenses, dejó en claro que no va a permitir ninguna extorsión por parte de los productores del campo y su reclamo por aumento del Gobierno en las retenciones a las exportaciones.
“Llamo a los distintos sectores que también son parte de la Argentina. Los llamo a la reflexión y les digo que no me voy a someter a ninguna extorsión”, enfatizó Cristina Kirchner.
Y agregó: “Yo puedo entender los intereses del sector pero quiero que sepan que tengo que gobernar para los intereses de todos los argentinos. Los que me votaron y los que no”.
La mandataria afirmó que los huelguistas "tienen excelente rentabilidad por políticas sustentadas por todos los argentinos" y criticó el alto grado de violencia de algunos manifestantes, que han montando bloqueos en las rutas del país.
CONTRA LOS PIQUETES. "Volvieron los piquetes más violentos y por el sector de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años y medio. El sector rural goza actualmente de una rentabilidad nunca vista", enfatizó la mandataria se quejó Cristina Fernández.
"Algunos sectores insisten con la misma practicas de siempre y se niegan a cambiar y a comprender. Durante la crisis de 2002 pedían palos y que pusiera orden reprimiendo a los que no tenían trabajo y manifestaban en las calles”, agregó la Presidenta y recordó que los productores rurales "venían a pedir por favor políticas de créditos bancarios para que no les remataran sus campos".
"Parece que cuando hay pérdidas la sociedad debería absorberlas", criticó Fernández, en cambio en las actuales circunstancias "las vacas para ellos y las penitas son para los demas", ironizó recordando una canción de Atalhualpa Yupanqui, comentario que fue aplaudido por el auditorio.
PRECIOS SUBSIDIADOS. Cristina Fernández defendió el sistema de retenciones para mantener una política cambiaria favorable para las exportaciones agrícolas. "¿Que sucedería si hubiese una relación del peso con el dólar como hay en Brasil entre el real y el dólar?", se preguntó la mandataria.
”El gasoil "tiene un precio subsidiado por todos los argentinos beneficiando a los productores rurales. También pagamos subsidios al sector lechero para que la leche no tenga precios prohibitivos en el mercado interno”, remarcó la presidenta.
Y agregó: “El IVA lo pagan todos, hasta los desocupados cuando van a comprar la leche o un kilo de pan", subrayó la presidenta, sobre el impuesto al valor agregado que graba al consumo.
La mandataria precisó que se invirtieron 3.600 millones de dólares en obras hídricas para recuperar terrenos de cultivo que "han quintuplicado su valor inmobiliario".
"Nadie critica que puedan comprarse una cuatro por cuatro, pero no parece bien que quieran hacerlo a costa de que otros argentinos no puedan acceder a las cuestiones más elementales", enfatizó la mandataria.
Cristina Fernández también afirmó que "el peón rural es el peor pagado de la escala salarial y es el sector donde hay el mayor índice de trabajo en negro. La huelga se la están haciendo a los argentinos porque las exportaciones siguen viento en popa", agregó Cristina Fernández.
"La huelga se la están haciendo a los argentinos porque las exportaciones siguen viento en popa", afirmó la presidenta. En tal sentido, aseguró que se han exportado en las últimas semanas alrededor de 2 millones de toneladas de granos.
"¿Queremos volver a un país de unos poquitos o queremos un país con mayor distribución del ingreso, un país más justo?", preguntó Fernández, durante su discurso.
Los 34 minutos que destinó la Presidenta en su primer discurso desde que comenzó la protesta del campo parecieron no querer establecer ningún acercamiento con el sector agropecuario para que se llegue a una rápida solución al conflicto.
INDIGNACIÓN DE LOS PRODUCTORES. De esta manera, las palabras de la presidenta cayeron como un balde de agua fría en varios empresarios y productores del campo. Una de ellas, apostada en uno de los piquetes de Rosario, estalló: “Malo, malísimo el discurso. Soy productora del interior y esto es malísimo para el país”.
En Entre Ríos, el presidente de la Sociedad Rural, se paró frente a los convocados en la ruta 14 y repudió: “Nos castigan a nosotros y empobrecemos a los pueblos del interior. Vamos por el camino de saqueo del interior”. Y agregó: “Nos quiere enfrentar con el hombre común, pero hay 200.000 familias pobres y no quieren hacerse cargo.
"Egoísmo y soberbia de pensar que se saben todo”, dijo. Luego, se dirigió a los productores y consultó: “¿Seguimos con la medida? Seguimos”. Sólo habilitarán media calzada para que pasen autos y micros.
BOCINAZOS Y CACEROLAZOS
Apenas terminó el discurso estallaron cacerolazos, bocinazos y tractorazos en lugares agropecuarios clave. Luego, el repudio empezó a sonar en algunos barrios de la Capital Federal.
Por ejemplo, en el centro de Suipacha la marcha de tractores llegó frente a la Municipalidad; allí estallaron los cacerolazos de la gente que se acercaba a solidarizarse con el sector. "Todos vivimos del campo y no pueden robarles más", disparaba un vecino del lugar frente a las cámaras de TV. "Voy a defender al campo porque trabajo de ellos, vivo de ellos", se sumaba a viva voz un lugareño dedicado a la industria metalúrgica.
Por otra parte, una productora apostada en uno de los piquetes de Rosario, también estallaba: "Malo, malísimo el discurso. Soy productora del interior y esto es malísimo para el país".
Con todo, más allá de que los gestos de indignación tenían matices diferentes hubo una coincidencia: “la medida de fuerza continúa por tiempo indeterminado".
En Entre Ríos, el presidente de la Sociedad Rural, se paró frente a los convocados en la ruta 14 y repudió: "Nos castigan a nosotros y empobrecemos a los pueblos del interior. Vamos por el camino de saqueo del interior". Y agregó: "Nos quiere enfrentar con el hombre común, pero hay 200.000 familias pobres y no quieren hacerse cargo.
El enojo también llegó a Capital. En el barrio de Recoleta una vez terminado el discurso de la presidenta los vecinos tomaron las cacerolas y bombos y los hicieron sonar. Todavía ahora se sienten los golpeteos provenientes de los balcones de uno de los barrios más paquetes de Buenos Aires. En el lugar, los ocasionales automovilistas se solidarizaban haciendo sonar sus bocinas.
También a Juncal y Salguero, en barrio Norte, llegaron las cacerolas. Una multitud de vecinos en edificios de ese sector de la ciudad, asomados en los balcones, expresaron su bronca contra el Gobierno cacerola en mano.
En el barrio de Palermo, en cercanías del zoológico, también sonaron cacerolas y bocinazos. Hay cortes de avenidas y manifestaciones de repudio a la presidenta Fernández.
EL PARO SE HACE SENTIR. La huelga del campo, que paralizó la venta de granos y carnes, cumplió su decimotercer día con momentos de tensión en decenas de rutas del país, donde los productores agrarios instalaron barricadas para impedir la circulación de camiones.
La protesta, convocada en rechazo al aumento de impuestos a la exportación de granos y a la política agropecuaria del Gobierno por cuatro agrupaciones que reúnen a unos 290.000 productores agrarios, está provocando desabastecimiento de leche y carnes en las cadenas minoristas en todo el país.
"Continúa el paro agropecuario ante la falta de respuestas positivas del Gobierno nacional", dijeron las entidades en un comunicado leído en conferencia de prensa por Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina.
"No se va claudicar, a capitular de ninguna manera. Es la voluntad que nos otorgan miles y miles de productores, comerciantes, trabajadores y la agroindustria, que están diciendo basta", dijo luego Buzzi ladeado por los líderes de las otras tres organizaciones en huelga.
Hasta el momento, la protesta paralizó la faena de carne, mientras que la mayoría de los exportadores de granos se quedó sin reservas y no puede operar. "Actualmente la mayoría (de los exportadores) está fuera de operaciones. Porque nos hemos quedado sin stock. Ni de granos, ni aceites ni harinas", dijo a Reuters Alberto Rodríguez, director del Centro de Exportadores de Cereales.