Militares aliados al presidente de Ecuador realizaron un operativo especial para posibilitar que el mandatario pueda salir del Hospital en el que se encontraba, según informó la agencia internacional AFP. Hubo fuertes enfrentamientos con los policías sublevados.
Un grupo de operaciones especiales penetró el cerco que habían realizado los policías sublevados en el Hospital de Policía de Quito y lograron rescatar al presidente de Ecuador, Rafael Correa, luego de un intenso enfrentamiento a tiros. Se lo pudo ver con una máscara antigases y sobre una silla de ruedas, según informó la cadena internacional Telesur.
Inmediatamente, lo trasladaron al Palacio de Gobierno, donde con dificultades para moverse pero visiblemente alegre pronunció su discurso ante una multitud que lo aguardaba desde la tarde de ayer.
A la tarde, cuando Correa estaba secuestrado en el hospital, había adelantado que quería salir, pero la salida no había sido despejada. "De acá voy a salir como presidente o como cadáver", había indicado, negando toda posibilidad de diálogo con los policías sublevados.
“ERA LUCIO GUTIÉRREZ, ERAN LOS MISERABLES DE LA OPOSICIÓN"
Desde el balcón principal del Palacio de Gobierno, Correa acusó al ex presidente Lucio Gutiérrez de impulsar la sublevación de policías que ayer por la tarde puso en jaque la continuidad de su gestión y provocó severos incidentes en Quito y en Guayaquil.
"No fue la Policía. Pronto se descubrieron los verdaderos motivos de quién estaba detrás de esto... los verdaderos motivos. Era Lucio Gutiérrez, eran los miserables de la oposición", vociferó ante una multitud que se reunión frente a la Casa de Gobierno.
Mientras tanto, a muy pocas cuadras de allí, militantes continuaban enfrentándose con activistas que respondían a la oposición y con algunos policías sublevados que aún no aceptaron el regreso de Correa al poder.
Correa agradeció a los presidentes de la Unasur, que esta madrugada se reunió de urgencia en Buenos Aires para firmar una declaración conjunta en defensa de la democracia y el gobierno constitucional ecuatoriano.
El mandatario adelantó que habrá sanciones para quienes encabezaron la sublevación y desafió: "Sepan que esta ley no va a ser revocada". De ese modo se refirió al recorte salarial en las fuerzas de seguridad que dio origen a la revuelta en la capital del país caribeño.
Además, el jefe de Estado ecuatoriano destacó ante la multitud que lo aguardaba desde el mediodía en la Plaza de la Libertad su agradecimiento a todos los que fueron a manifestar su solidaridad "y cobardemente los recibieron con gases pimienta, piedras y balas".
"Impresionó increíblemente" –dijo- que en medio de la situación, “ministros y militantes llegaron al hospital” para apoyarlo. "Con gente así nunca vamos a perder", puntualizó.
Aunque advirtió, en sus primeras afirmaciones desde el Palacio de Gobierno, que el de hoy “es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar a mi Gobierno”.
También dijo que "jamás” aceptará negociar “bajo presión”. “Con el diálogo todo", agregó el mandatario en referencia a la pretensión de negociar bajo presión que planteaban los efectivos sublevados.
"Cómo pueden llamarse policías quienes hacen eso”, se preguntó. Y explicó que su administración “fue la única que ha subido tanto los salarios de los policías”.
“Esto que sirva de ejemplo que a través de la conspiración, la mentira, la infamia intentan detener la revolución ciudadana”, lanzó.