Arsenal, un experto en jugar de visitante en la Copa Sudamericana, tenía una misión en su viaje a Venezuela: defender la ventaja de 2-0 conseguida en el Viaducto frente a Mineros de Guayana.

El técnico del conjunto argentino hizo una sola modificación con respecto al duelo de una semana atrás: Orcellet por Cuenca. Arsenal salió a jugar lejos de su campo y a buscar el gol para estar tranquilo. José Luis Calderón era uno de los que más se movía, y Martín Andrizzi también inquietaba con su habilidad. Los de Alfaro fallaban en los metros finales, aunque el objetivo de alejar el peligro de su arco salía a la perfección.

Con el paso de los minutos, los venezolanos comenzaron a tomar el control de las acciones. Orcellet se mostró seguro en los centros, que eran una constante de los locales. Todo estaba controlado para los del Viaducto, hasta que el árbitro a los 46 minutos cobró un penal de Andrizzi a Cuero. Ederlei Pereira no desaprovechó la oportunidad y puso el 1-0 antes de irse al complemento.

Al minuto del segundo tiempo, el interminable Calderón apareció solo por atrás después de un centro de Andrizzi y consiguió el empate. Ahora, Arsenal obligaba a los locales a hacer tres goles más. Y con la desesperación del rival es cuando mejor juegan los de Alfaro.

Cuando todo parecía definido, se durmió la defensa, Mineros hizo rápido el corner y un centro magistral de Cuero lo aprovechó Dos Santos para poner el 2-1 de cabeza. Nada pudo hacer Mosquera, y menos Orcellet. Y ahí comenzó el asedio de los venezolanos. Pasando los minutos, con los de Arsenal dejando todo para defender y Mineros arriesgando para alcanzar el milagro.

Con sufrimiento y lejos del nivel que había mostrado en sus presentaciones como visitante en la Sudamericana, Arsenal se llevó la clasificación en Venezuela. Perdió y tendrá muchas cosas por mejorar, pero el objetivo se cumplió. Las Copas le sientan bien a los de Alfaro, que ahora van por la más grande: la Libertadores.