
El equipo que dirige Javier Mascherano, con más empuje que juego, empató ante la selección de África, en Saint-Etienne, sin embargo, sobre el final, hubo invasión de campo y tras varios minutos de incertidumbre, el árbitro decidió reanudar el partido una hora y media después y anular el empate de Cristian Medina.
En un escándalo organizativo, la Selección Argentina Sub-23 perdió 2-1 frente a Marruecos por el debut del grupo B de los Juegos Olímpicos de París 2024 en el estadio Saint-Ettiene. El equipo iba perdiendo por dos goles gracias al doblete Soufiane Rahimi (uno de penal), pero Giuliano Simeone descontó y Cristian Medina parecía que ponía el empate, sin embargo, hubo invasión de campo el partido fue suspendido, se reanudó más de una hora después sin público y le anularon el gol desde el VAR.
No fue un buen estreno del equipo de Javier Mascherano. Si bien fue un partido parejo, Argentina nunca pudo encontrarle la vuelta para lastimar y generar ocasiones de peligro para el arco marroquí salvo en el segundo tiempo, cuando perdiendo por dos goles fue a buscarlo con más ganar que fútbol.
El nivel fue de mayor a menor y más allá de que contó con la experiencia de tres campeones del mundo como Nicolás Otamendi, Julián Álvarez y Gerónimo Rulli, no pudo doblegar a los africanos, que se defendieron bien y golpearon en el momento justo. Sobre el final del primer tiempo, un centro desde la derecha encontró a Rahimi, que la empujó para el 1-0.
En el complemento, el trámite no cambió demasiado y a los 5 minutos, Marruecos aumentó el marcador con el penal del delantero. A partir de allí, con algunos cambios como el ingreso de Simeone, Equi Fernández, el equipo empezó a tener más el balón y a generar peligro.
Y en una buena jugada colectiva en la que salió a jugar la Araña, tiró el centro, al paro Soler, remató y apareció Simeone para empujar la pelta en el segundo palo. Argentina se ilusionaba con buscar el empate sobre el final, aunque no demostraba demasiado volumen futbolístico para hacerlo, más allá de las individualidades. Sin embargo, el gol llegó.
Caudino el árbitro sueco, Glenn Nyberg, agregó 15 minutos, a 30 segundos del final, una serie de rebotes después de una buena jugada de Thiago Almada terminó en la cabeza de Medina, que la empujó y desató el delirio argentino para festejar un empate agónica que estaba al caer. Los marroquíes no paraban, minutos antes, de demorar el partido para llevarse el triunfo.
Después del gol de Medina, los jugadores argentinos fueron a festejar a un rincón y los hinchas de Marruecos les empezaron a tirar botellas, hubo invasión de campo y hasta cayó un petardo al lado del banco argentino. El árbitro terminó el partido, Mascherano hizo entrar a los jugadores en el vestuario y empezó a entrar más gente, apareció más policía y se pudo controlar la situación.