La oposición porteña denuncia que la Ciudad, a pesar de tener el mejor perfil para conseguir financiación, lo hizo con los intereses más altos y pateando vencimientos para su sucesor. Además, no destinó recursos para las obras anunciadas.
La nueva deuda que pretende tomar el gobierno porteño es considerada por la oposición como la coronación de una política que, a pesar de haber aumentado significativamente el pasivo de la ciudad, no se vio traducida en mayor inversión social.
El PRO estipula en su Proyecto de Presupuesto General de Gastos y Recursos para 2011 un gasto de capital que asciende a los $ 5600 millones, dato con el que justifica la necesidad de fuentes financieras por $ 3806 millones, de los cuales $ 1935 millones son colocación de nueva deuda.
Los casi 2000 millones de pesos que la ciudad busca obtener en el mercado financiero externo estarían divididos en $ 1200 millones para renovar deuda con vencimiento en 2011 y $ 735 millones de deuda para infraestructura.
“Lo cierto es que al 30 de septiembre de 2010 sólo invirtieron $ 1300 millones de los $ 3300 millones proyectados en el último presupuesto. Decir que en 2011 la inversión total va a duplicarse es sobrestimar la capacidad de gestión para poder explicar un endeudamiento que a vistas del contexto actual no resulta necesario”, dice el Director Ejecutivo de la sede Buenos Aires de la Sociedad Internacional para el Desarrollo (SID-Baires), Fernando Zack.
El stock de deuda que heredó Macri en 2007 era de $ 2722 millones y, desde entonces, no dejó de crecer. De aprobarse el proyecto que se discute en la Legislatura porteña, el jefe de gobierno concluirá su gestión con un endeudamiento de por lo menos el doble, crecimiento que los opositores critican por no haber modificado en nada el bajo nivel de inversión que se repitió a lo largo de los tres últimos años.
“El crecimiento sustantivo que está teniendo el endeudamiento de la ciudad no se condice con una lógica de creación de obras o ampliación de la infraestructura pública urbana”, subraya el diputado porteño por Solidaridad e Igualdad, Martín Hourest.
El director de SID-Baires coincide, y remarca que los recursos no son un problema para el gobierno de la ciudad, sino que lo que existe es un gran problema de gestión. “Hay plata y no se utiliza, por eso llama la atención que sigan tomando deuda si es claro que no la van a poder ejecutar”, puntualiza Zack.
El carácter de la política de endeudamiento del PRO fue evidenciada en la operatoria que se llevó a cabo a principios de 2010. A pesar de tener el mejor perfil de deuda, la ciudad fue la jurisdicción del país que, excusándose en las retrasadas obras de redes subterráneas, pagó la tasa más alta para colocar deuda: 12,5% anual en dólares.
Zack recuerda que el gobierno porteño también decidió pagar una muy cara comisión del 2%, monto inexplicable y muy superior al 0,4% que se esperaba como máximo, al tener en cuenta que el bono que se emitió es un instrumento conocido en el mercado que no requería demasiada ingeniería para su diseño.
Después de haber conseguido el caro endeudamiento, salió a la luz que las licitaciones de subtes no estaban preparadas y los fondos buscados fueron puestos a dormir en una cuenta del Banco Ciudad mientras pagaban la onerosa tasa en dólares. Luego, la mayor parte del empréstito fue destinado a Autopistas Urbanas Sociedad Anónima para construir pasos bajo nivel.
Además, el PRO justificó la tasa de interés del 12,5% al asegurar que el canje de deuda nacional iba a fracasar y por ende las tasas no iban a bajar. Pero el canje fue exitoso, y permitió que otras jurisdicciones del país, a pesar de tener perfiles de deuda más comprometidos y calificaciones crediticias más bajas, salieran a tomar fondos frescos a menor costo. “Tomaron un endeudamiento caro y no lo utilizaron. El negocio es otro”, concluye Zack.
El legislador Martín Hourest pone el acento en la gran pasividad fiscal que tiene la gestión macrista en relación con las grandes fortunas. “Por no tener el coraje para afrontar una reforma fiscal, la gestión PRO transmite a las mujeres y los hombres de la ciudad el costo de una deuda para bienes públicos que no se perciben, ya que no se construyó ni una escuela”, explica Hourest.
Un análisis del Presupuesto 2011 elaborado por el asesor del bloque Diálogo por Buenos Aires, Fernando Renzi, evidencia que el macrismo pretende no hacerse cargo de ninguna de las deudas que generó, ya que todos los vencimientos de capital e intereses correspondientes al 2011 serían cubiertos con nuevas colocaciones y pasarían a ejercicios futuros.