El presidente Savino le dio el gusto a Ramón Díaz y compró la mitad del pase del jugador que tanto pidió el riojano: el ex enganche de River, Andrés D’Alessandro, llegará esta semana. Con esta adquisición, el equipo de Boedo sacudió el mercado de pases del fútbol argentino.
“La boba”, esa jugada que patentó defendiendo la camiseta de River, se volverá a apreciar otra vez desde este lado del océano Atlántico. Su zurda, esa de donde suelen salir destellos de talento, causará nuevos aplausos en las tribunas argentinas. Su simple figura, al cabo, le dará más condimentos al fútbol nacional, provocando el fastidio de algunos y las sonrisas de otros. La novela terminó y Andrés D'Alessandro jugará de nuevo en estas tierras.
No exhibirá sus cualidades en el club de Núñez, donde debutó en el 2000 y disputó 98 partidos, anotando 23 goles. Jugará en San Lorenzo, para tranquilidad de Ramón Díaz y para alimentar el gran sueño de los hinchas azulgrana: la Copa Libertadores.
En épocas en las que escasean enganches, D'Alessandro regresa a la Argentina después de estar cuatro años y medio recorriendo las canchas europeas, donde defendió las camisetas de Wolfsburgo, de Alemania (69 partidos); de Portsmouth, de Inglaterra (13); y, últimamente, la de Zaragoza (59) (Ver Galería de Imágenes). El “Pelado” Díaz consiguió su principal obsesión, después de varias idas y vueltas que complicaron la negociación, y tras la polémica aparición de River.
Desde España, Rafael Savino, presidente del club de Boedo, lo confirmó mientras observaba en el palco de La Romareda el partido entre Zaragoza y Athletic de Bilbao: en una reunión "rápida y positiva" hubo acuerdo por el enganche.
La oferta de 3.500.000 de euros por el 50% del pase conformó a los dirigentes españoles. Y, de esta manera, la expedición del tridente de San Lorenzo (Savino, y los integrantes del grupo inversor Gustavo Ranucci y Elías Hassan) que viajó al Viejo Continente tuvo éxito tras subir la propuesta inicial (2,5 millones de euros por la mitad del pase), y luego de un decisivo llamado de Marcelo Tinelli a Gustavo Mascardi, representante del futbolista.
Otro factor importante para que se concrete la operación fue la presión de D'Alessandro: el volante, nacido en el otoño de 1981, quería ser dirigido nuevamente por Ramón, técnico con el que obtuvo el Clausura 2002 en River. El enlace, como un chico que busca su objetivo, insistió para llegar a Boedo. Y lo logró para sumarle jerarquía al fútbol argentino y para agrandar la colonia azulgrana con pasado riverplatense (se sumará a Tula, Michel y Emiliano Díaz, Placente y Menseguez).