Se trata de un reclamo de los jefes de Venezuela y Ecuador para pedir una reunión con Barack Obama por un trabajo realizado por el Departamento de Defensa norteamericano sobre sus intereses estratégicos en la región latinoamericana. La moción será votada en el final de la reunión de la Unasur.
Con un clima tenso, pero con la intención de que sea un debate que no se exacerbe y se vaya en acusaciones poco diplomáticas, la cumbre extraordinaria de la Unasur comenzó en Bariloche con la defensa del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de la instalación de las bases militares estadounidenses en su país.
Uribe defendió el acuerdo argumentando principalmente que es "una ayuda práctica y eficaz" en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Y mostró documentos en los que se veía la crudeza con la que actúa la guerrilla en su país. "Estados Unidos nos dio una ayuda práctica. Colombia, que ha sufrido inmensamente el flagelo del terrorismo, recibe expresiones de pésames y solidaridad, pero pocas veces la cooperación práctica", afirmó Uribe ante los doce países que forman la Unasur.
Al finalizar su exposición, tanto los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, como el venezolano, Hugo Chávez, le reclamaron a Uribe que presente el documento del acuerdo para despejar "tantas dudas". Y durante su discurso, Chávez detalló parte de la operación militar de EE.UU.
El presidente de Venezuela, vinculó directamente la instalación de bases en Colombia con la nueva estrategia de defensa de EE.UU. Según Chávez, la presencia militar estadounidense en particular en la base colombiana de Palanquero, se vincula con esa estrategia.
Momentos antes, la apertura en el hotel Llao Llao de Bariloche había estado a cargo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se concentró en pedirles a sus colegas el esfuerzo por lograr "una doctrina uniforme" con respecto a la instalación de bases militares de naciones extrarregionales. "No podemos tener un criterio diferente si otro país decide instalar bases militares de otro país que no sea de América del Sur", recalcó. También dijo que los esfuerzos deberían dirigirse a "preservar a América del Sur como una región de paz que no sea perturbada por doctrinas de unilateralidad" y siga "alejada de confrontaciones" que no le son propias.
El segundo de los "dos objetivos fundamentales" que sostuvo debería perseguir la cumbre es el de sostener "la unidad de la Unasur, que puede molestar a algunos pero que ha permitido abordar situaciones conflictivas y procesarlas".
"Esta alteración (por la instalación de las bases y la falta de acuerdo entre los países de la región) en nuestra America del Sur debe ser abordada con mucha responsabilidad histórica. No es tolerable que vivamos un clima como el que estamos viviendo", evaluó. E insistió en pedir "doctrinas que nos permitan procesar las diferencias sin la necesidad de que el que no esté de acuerdo con algo tenga que irse de este instrumento tan necesario para la región".
En cuanto a las posturas con las que llegaron al sur argentino, Venezuela, Ecuador y Bolivia figuran como los mayores opositores al acuerdo que permite que militares estadounidenses utilicen las bases en Colombia. "Es un falso pretexto decir que la base militar de EE.UU. es para luchar contra el narcotráfico o contra las FARC. Decir eso es como deslegitimar, desautorizar o reconocer que nuestras Fuerzas Armadas son incapaces. Entonces que vengan los gringos", expresó en su momento el boliviano Evo Morales, que propuso hacer un referéndum en todos los países de la región para decidir si se acepta o no las bases de la discordia.
Argentina y Brasil, molestos también con el acuerdo, exigen "garantías jurídicas" e internacionales para que el trato se ajuste a los propósitos declarados y no haya injerencia en terceros países, como ocurrió con el bombardeo a Ecuador de marzo de 2008. Brasil -que pidió al gobierno de Barack Obama que envíe un emisario para dar explicaciones- teme que esas bases sirvan como "balcón" para controlar la Amazonía brasileña, rica en recursos naturales.
Desde la cumbre en Quito, en la que el colombiano Álvaro Uribe no participó por sus diferencias con Ecuador, el asunto ha escalado a tal punto que días pasados el presidente venezolano Hugo Chávez dijo que estaba todo listo para que su país rompiera relaciones diplomáticas con Colombia y acusó a Uribe y a Washington de esconder los verdaderos propósitos de las bases: controlar la región, desde el corazón mismo de Sudamérica.