El distanciamiento en las aulas pasará de 150 a 90 centímetros entre estudiantes y se incrementará el tiempo de ventilación entre clases; entra en vigencia el 1° de septiembre.
A partir del 1 de septiembre se intensificará la presencialidad escolar en todo el país, con una reducción del distanciamiento en las aulas de 1,5 metros a 90 centímetros entre estudiantes.
En algunos casos, habrá «excepciones» que permitirán acortar aún más la distancia, siempre y cuando se garanticen tres medidas adicionales de cuidado: testeos obligatorios semanales, uso de barbijos de capa doble o triple y presencia de medidores de dióxido de carbono.
Así lo decidió el Consejo Federal de Educación, con la presencia de las ministras y los ministros de las 24 jurisdicciones del país. La modificación del protocolo fue aprobada por todas las provincias, excepto Mendoza y CABA.
El ministro Nicolás Trotta, presidió una nueva reunión del Consejo Federal.
«Cada una de las jurisdicciones va a poder determinar la progresividad», dijo Trotta, y explicó que la decisión tomada por mayoría del Consejo deberá «ser aplicada como ley» en las 24 jurisdicciones, pese a que Mendoza y CABA no acompañaron la decisión.
«Estuvimos todos de acuerdo en la necesidad de intensificar la presencialidad a partir de la mejora de los indicadores sanitarios y epidemiológicos que veníamos transitando en las ultimas trece semanas. Eso nos posibilita dar este paso con el aval de los especialistas de la Sociedad Argentina de Pediatría, de la Organización Panamericana de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud y otras referencias sanitarias», señaló el ministro Trotta, al finalizar la reunión.
La propuesta contempla tres escenarios posibles:
- La «condición óptima» consiste en aquellas escuelas que puedan garantizar una presencialidad completa manteniendo una distanciamiento físico de 1,5 metros entre estudiantes sin dejar de ventilar, asegurando el uso de mascarillas y la higiene de manos.
- En el caso de que eso no se pueda garantizar, se plantea una «condición admisible» que es la reducción de esa distancia a 90 centímetros, aunque la separación entre les estudiantes con el o la docente deberá seguir siendo de 2 metros. En este caso, aumenta el requisito de ventilación, no solamente manteniendo abiertas ventanas y puertas, sino incrementando el tiempo de ventilación entre clases.
- El nuevo protocolo también plantea «excepciones». Este tercer escenario permite un distanciamiento menor a 90 centímetros pero a condición de que sea «compensado» con otras estrategias preventivas adicionales: la realización de testeos aleatorios semanales al 10 por ciento de la comunidad educativa, el uso de barbijo doble o triple y, finalmente, la utilización de medidores de dióxido de carbono.
«En los casos excepcionales donde la única forma de tener la presencialidad de todos los chicos es un distanciamiento inferior a los 90 centímetros, se va a poder compensar esa disminución del distanciamiento con el uso del tapabocas triple», dijo Trotta.
En cuanto a los testeos, el tipo de muestreo será determinado por cada jurisdicción, y deberá realizarse con una frecuencia semanal. En el caso de detectar los antígenos correspondientes se procederá a suspender las clases presenciales en la cohorte que los haya presentado, procediendo al aislamiento preventivo de estudiantes y docentes que hayan estado en contacto estrecho con quienes presenten resultados positivos.