Silvia Flores, dirigente de Cambiemos e hija del diputado Toty Flores, fue la anfitriona del encuentro con Ana Botín.
Desayuno en el Palacio Duhau de la Recoleta, choriceada en La Matanza a la sombra fresca de un generoso eucalipto durante el caluroso mediodía y cena en un jet privado rumbo a Londres o Madrid. Así se podría resumir el día de ayer de la española Ana Botín, la número uno global del Banco Santander, una de las mujeres más ricas de España, que estuvo unas horas en Buenos Aires.
Botín tuvo primero una breve reunión por la mañana con la gobernadora María Eugenia Vidal y la ministra de desarrollo social Carolina Stanley (esta vez no visitó al presidente Mauricio Macri) y desde allí se trasladó hacia la Cooperativa La Juanita, ubicada en Gregorio de Laferrere, corazón del partido de La Matanza, uno de los distritos con los mayores índices de pobreza e indigencia del conurbano bonaerense.
La Juanita es una creación de Silvia Flores, hija del dirigente social y actual diputado de Cambiemos Héctor “Toti” Flores. Hace siete años, “Toti” Flores le contó de La Juanita al CEO local del Santander, Enrique Cristofani, quien en 2012 tomó la decisión de abrir una sucursal bancaria en el barrio, ante el pedido de Flores, quien le comentaba que no había un banco en cinco kilómetros a la redonda.
Botín sabía de la historia de La Juanita por boca de Cristofani, pero en este viaje quiso conocer de primera mano de qué se trataba ese emprendimiento.
Fue así que obligó a montar un discreto operativo para recorrer los 30 kilómetros (desde un extremo al otro de las realidades argentinas) al edificio ubicado a pocas cuadras de la Ruta 3. Pero no fue sola, por cierto. Llegó acompañada por Cristofani y los 100 principales directivos del Santander Argentina, que mantuvieron allí una reunión gerencial, de las que habitualmente se realizan en la torre del banco en el microcentro. Entre ellos estaba Alberto Abad, quien retornó al directorio del Santander luego de su paso por la AFIP.
También estaba el economista Daniel Marx, quien desde hace más de diez años asesora a La Juanita en el desarrollo de los emprendimientos que allí se piensan, como la fábrica de pan dulceen la que también está involucrada Maru Botana.
El viaje desde el Duhau a Laferrere debe haber sido en sí toda una experiencia para la banquera española. El GPS la llevó por la calle Alvear, Autopista Illia, General Paz, Ricchieri, Avenida Monseñor Bufano, Avenida Crovara… Más se alejaba de la Capital, mayor el tamaño de los baches que tuvo que esquivar la comitiva, atravesando a su vez distintas localidades matanceras. Fue una oportunidad para que la banquera española tuviera un resumen del conurbano y echara un vistazo a las necesidades de los vecinos de esos barrios.
Cerca del mediodía, La Juanita desbordaba de vecinos. Botín visitó elcall center que armó la cooperativa con ayuda del Santander, luego de la capacitación que recibieron varios jóvenes de la zona. Hoy ese call center le vende servicios al banco. Se espera que por impulso de Cristofani, otras empresas se instalen en la zona. La consultora internacional Accenture, Sinteplast e Iguana Fix ya tienen sus planes de hacerlo. También hay una escuela de oficios digitales, que dicta cursos de tres meses. “Los chicos aprenden los nuevos oficios, y nuestra expectativa es que de cursos de 30 o 40 chicos, al menos diez consigan trabajo en empresas”, resaltó Cristofani.
La presencia de firmas privadas fue resaltada por “Toti” Flores. “Si bien el Estado es facilitador yo no dudo de que la inversión privada es la que nos va a sacar de la pobreza, porque estas empresas quieren hacer negocios y tener clientes, que es distinto al clientelismo”.
Ana Botín quiere impulsar una línea específica de microfinanzas, pero con una consigna firme: “Tenemos que prestarles a emprendedores que traigan proyectos sustentables, porque como banco queremos que les vaya bien, pero también queremos ganar plata”. En ese sentido, Botín desearía que se replique un modelo que ya se implementa en Brasil: “No se trata solo de inclusión financiera abriendo una sucursal. La idea es generar la posibilidad de dar más créditos, y que en el caso de los microcréditos el Estado subsidie la mitad de la tasa de interés, creemos que es un trato justo, porque si los proyectos prosperan, se termina creando empleo y en definitiva el esfuerzo del Estado vuelve con más empleo y más actividad económica”.
Botín lidera en persona el proyecto de microfinanzas del Santander a nivel global, y destaca que el grueso de los créditos son tomados por mujeres. Y quiere que esa línea esté activa cuanto antes en el país.
Pasadas las 13, y mientras Botín concluía una charla con un pequeño grupo de periodistas, empezó a colarse en la sala de reunión el olor de las parrillas que esperaban en el patio de La Juanita. Los choripanes estaban listos. Hora de almorzar.